capítulo 4.

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Billie.

La correa de la mochila se clava en mi hombro mientras me abro espacio a través del enjambre de estudiantes en el pasillo. Pretendo que sé lo que estoy haciendo —a dónde voy— pero no sé nada. En lo que a mí respecta, esta es la primera vez que he pisado esta escuela. La primera vez que estoy viendo los rostros de estas personas. Ellos me sonríen, mueven sus cabezas en señal de saludo. Yo respondo lo mejor que puedo.

Subo la mirada hacia los números en los casilleros, avanzando por los pasillos hasta encontrar el mío. De acuerdo con todo lo que escribí, estuve aquí esta mañana, buscando en este casillero, hace horas. Obviamente no encontré nada entonces, así que estoy segura que no encontraré nada ahora.

Cuando por fin estoy frente a mi casillero, siento evaporarse la esperanza que ni yo sabía que tenía. Supongo que una parte de mí esperaba encontrar a ______ de pie allí, riéndose de esta ingeniosa broma que hizo. Tenía la esperanza de que este desastre terminara.

«No soy tan afortunada, obviamente.»

Primero ingreso la combinación del casillero de ______ y lo abro en un intento de encontrar algo que pasamos por alto antes. Mientras rebusco en su casillero, puedo sentir que alguien se me acerca por detrás. No quiero darme la vuelta y tener que interactuar con un rostro desconocido, por lo que finjo que no me doy cuenta que están parados aquí con la esperanza de que se alejen.

-¿Qué estás buscando?

Es la voz de una chica. Ya que no tengo idea de cómo suena ______, me doy la vuelta, esperando que sea ella. En cambio, me encuentro con la mirada de alguien que no es ella. Basado en su aspecto, supongo que es Danielle. Encaja con la descripción que ______ escribió de nuestros amigos en las notas.

Ojos grandes, cabello rojo y largo, te mira como si estuviera aburrida.

-Solo estoy buscando algo.--murmuro, volviendo a mirar el casillero de ______. No encuentro pistas en absoluto, así que lo cierro y empiezo a ingresar la combinación en mi propio candado.

-Clairo dijo que ______ no se encontraba en la casa esta mañana cuando fue a recogerla. Claudia ni siquiera sabía dónde estaba.--dice Danielle.--¿Dónde está?

Me encojo de hombros y abro el casillero, tratando de hacer que pase desapercibido que estoy leyendo la combinación de una hoja de papel en mi mano.

-No lo sé. Aún no he escuchado nada de ella.

Danielle se queda en silencio detrás de mí hasta que he terminado de buscar en mi propio casillero. Mi teléfono comienza a sonar en el bolsillo. Mi padre está llamando de nuevo.

-¡O'Connell!.--grita alguien al pasar. Subo la mirada para ver unos ojos iguales a los míos, solo que más cansados y no tan... intensos. Finneas.--¡Papá quiere que lo llames!.--grita, caminando hacia atrás en la dirección opuesta.

Sostengo el teléfono en alto, con la pantalla frente a él, para que sepa que estoy al tanto. Sacude la cabeza con una risa y desaparece por el pasillo. Quiero decirle que vuelva. Tengo tantas preguntas que quiero hacerle, pero sé lo loco que todo sonaría eso.

Presiono un botón para ignorar la llamada y lo deslizo de nuevo en mi bolsillo. Danielle continúa de pie aquí, y no tengo idea de cómo quitármela de encima. La vieja Billie parecía tener un problema con el compromiso, así que estoy esperando que ella no fuera una de sus conquistas.

La vieja yo seguro está dificultándole las cosas a la yo actual.

Justo cuando empiezo a decirle que necesito llegar a mi última clase del periodo, veo a una chica sobre el hombro de Danielle. Mis ojos se traban con los suyos, y rápidamente mira en la otra dirección. Me doy cuenta por la forma en que se escabulle que debe ser la chica a la que ______ se refirió como La Camarón en nuestras notas. Porque de verdad se parece un poco a un camarón: piel rosada, cabello claro y ojos oscuros, pequeños y brillantes.

Jamais, jamais (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora