Billie.
Ya es de noche. He conducido durante más de dos horas sin la menor idea de a dónde ir. No puedo volver a casa. No puedo ir a la casa de ______. No conozco a nadie más, así que lo único que puedo hacer es conducir.
Tengo ocho llamadas perdidas. Dos son de Finneas. Una de Claudia.
El resto son de mi padre.
También tengo ocho mensajes de voz, los cuales aún no he escuchado. No quiero preocuparme por ninguno de ellos ahora. Ninguno de ellos tiene la menor idea de lo que pasa en realidad y nadie me creería si se lo dijera. No los culpo. Lo reproduzco todo el día en mi cabeza y hasta a mí se me hace demasiado ridículo creerlo siquiera, y soy yo quien lo está viviendo.
Es demasiado ridículo, pero de manera muy real.
Me detengo en una gasolinera para llenar el tanque. Ni siquiera estoy segura de haber comido algo hoy, excepto que me siento mareada, así que dentro de la tienta agarro una bolsa de papas fritas y una botella de agua.
Todo el tiempo en que lleno el tanque con gasolina, pienso en ______.
Cuando regreso a la carretera, aún sigo pensando en ______.
Me pregunto si comió algo.
Me pregunto si se encuentra sola.
Me pregunto si alguien la cuida.
Me pregunto cómo se supone que voy a encontrarla, cuando podría estar en cualquier parte del mundo en estos momentos. Todo lo que hago es conducir en círculos, frenando cada vez que paso a una chica que va caminando por la acera. No sé dónde buscar. No sé a dónde ir. No sé cómo ser el tipo que va a salvarla.
Me pregunto qué hace la gente cuando no tiene un lugar a donde ir ni un lugar donde quedarse.
Me pregunto si esto es estar loca. Certificadamente loca. Me siento como si no tuviera el control de mi propia mente.
Y si no soy quien tiene el control... ¿quién lo tiene?
Mi teléfono suena de nuevo. Miro el identificador de llamadas y veo que es Finneas. No sé por qué contesto. Tal vez sólo me siento cansada de pensar en lo mismo y no obtener ninguna respuesta. Me estaciono a un lado de la carretera para hablar con él.
-¿Hola?
-Por favor, dime qué diablos pasa.
-¿Alguien puede oírte?
-No.--dice.--Apenas terminó el partido. Papá está hablando con la policía. Todo el mundo está preocupado por ti, Billie.
No respondo. Me siento mal por que estén preocupados, pero lo que es peor es que nadie parece preocuparse por ______.
-¿Ya encontraron a ______?
Puedo oír a la gente gritando a lo lejos. Parece que me llamó al segundo en que terminó el partido.
-La siguen buscando.--dice.
Pero hay algo más en su voz. Algo que omite decir.
-¿Qué pasa, Finneas?
Suspira otra vez.
-Billie... También te buscan. Ellos piensan...--su voz se torna grave con preocupación.--Piensan que sabes dónde se encuentra.
Cierro los ojos. Sabía que esto sucedería. Me seco las palmas frotándolas en mis pantalones.
-No sé dónde está.
Varios segundos pasan antes de que Finneas hable de nuevo:
-Claudia fue a la policía. Dijo que actuabas extraña, así que cuando encontró las cosas de ______ en una mochila dentro de tu casillero del gimnasio, se las entregó a la policía. Tenías su billetera, Billie. Y su teléfono.
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Jamais, jamais (II)
FanfictionBillie tiene el tiempo en su contra, al mismo tiempo que muchas verdades se revelan ante ella, mientras que otras sólo complican todo. Ahora todo está fuera de control y la desaparición de ______ la ha puesto en un aprieto, ya que Billie es el únic...