Jeonlous 承 Kookmin.

015.

—¡Maldita sea! Yo sólo quiero que tú me trates como si fuera tu hijo, no como un extraño. Eres mi papá, por favor. Deberías preocuparte por mí, por mi salud, ¿Recuerdas la ves que tuve un accidente y no fuiste al hospital porque no te importaba? ¿¡Lo haces?! —Jimin bajó la mirada— Desde que ella llegó yo no soy nadie para tí-

—¡Jimin, santo cielo! Ella es mi esposa y vive hace bastantes años con nosotros, ¿Por qué no lo superas? Yoona no te hizo nada para que tú tengas esta forma de comportarte con ella, como un niño.

—¿Qué? ¿Qué sabes tú de lo que Yoona me ha hecho? Tú no sabes nada, no has estado presente en mi adolescencia, no sabes como ella me trató apenas llegó a casa, ella me trató como su empleado, ¡Y yo era solo un niño de cinco años, joder! Realmente tu no me quieres, dejaste de sentir afecto por mí desde hace años, y mira, yo también estoy perdiendo afecto por tí, no puedo seguir queriendo a una persona que me odia.

El señor Park se levantó de su silla, avanzando a la puerta de su despacho para cerrarla con fuerza, haciendo que Jimin diera un pequeño salto de miedo y dió un largo suspiro tratando de no llorar, nececitaba los besos y caricias de Jungkook con el justo ahora.

—¡Basta, Jimin! —Tomó sus hombros con rudeza, sin ningún poco de delicadeza— No te comportes como un niño porque estás bastante grande. Ella no te hizo nada, absolutamente nada Jimin, estoy seguro que solo miente-

Jimin hizo de su mano un puño, interrumpiendo la estupidez que su papá diría.

—Yoona te lavó el cerebro, ella es una maldita desgraciada que vino a joderme la vida. ¿Cómo ha estado tu día, Jimin? —Cambió su voz por una aguda, tratando de imitar a Yoona— ¡Mentiras! A ella no le interesa como he estado —Soltó una pequeña risa— En eso son iguales, ¿No crees? Son completamente iguales, no hay algo diferente entre ustedes.

Jimin comenzó a avanzar a la puerta, una ves salió azotó esta de un golpe, viendo como Jungwoo pegaba un pequeño grito desde el grande sillón casi soltando su celular en su rostro.

Él tenía razón en todo lo que dijo, ¡Pero su padre no entendía, maldita sea! No ha sido el mejor padre, y eso todos lo sabían, se podía demostrar las pocas veces que Jimin acompañaba a este a juntas importantes, donde no le ofrecía comida, muchas veces se perdió en la grande compañía, pero su padre no hizo ningún pequeño esfuerzo para encontrarlo. No exagera en nada, todo es la pura verdad.

Jimin salió de la grande casa, yendo donde su mejor amigo, donde se sentía feliz y acompañando, la persona que más amaba en el mundo. Miró a todos lados para cruzar la calle, dándose cuenta que no había nadie en la calle, como si todos hubieran dejado de existir por algún momento.

Soltó una maldición por lo bajo al notar que las gotas de lluvia caían y los minutos pasaban, pensó en escribir algún mensaje a Jungkook para que viniera por el, pero al instante se arrepintió al notar que estaba en frente de su casa. Tocó la puerta un par de veces, Jungkook salió con una expresión somnolienta adornando su bello rostro, la verlo en frente lo hizo pasar al instante.

—¿Qué pasó, Jiminie? —Jungkook frotó sus ojos y acomodó su cabello.

—Ya sabes... —Jimin suspiró, ladeando su cabeza- Volví a discutir con mi papá, te juro que ya no lo aguanto, no puedo hacerlo.

—¿De nuevo? —Llevó su mano a el rostro de el menor, acariciándolo.

—Odio tener problemas paternales, cuando discutí con el sentí que la mitad de mí ha desaparecido, lo odio Jungkook. Lo odio. —Quizó llorar, pero no pudo.

—Sé cuánto te importa esto, si quieres quédate aquí, solo saca todo lo que tienes adentro y adelante, llora, grita, hace lo que quieras porque de todas maneras siempre estaré contigo.