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—Vale, sale la primera rehén a cambio de los pinchos -habla por radio el sujeto vestido de blanco que se encuentra frente a mi a separación de una puerta de cristal.
Siento como el delincuente dentro del local me quita las esposas. Con las manos temblorosas abro la puerta del establecimiento sintiéndome un poco más aliviada al saber que me encontraba fuera de peligro.
—Vale señorita vaya con el agente que el la va a cachear -me dice el mismo sujeto de antes apuntando a un agente de cresta azul.
Asiento con la cabeza y me dirijo hasta el, lo volteo a ver a los ojos y por un segundo se me hace imposible separarme de aquel precioso par.
—Hola buenas, colóquese frente al muro -hago lo que me indica separando mi mirada de la suya- Voy a proceder a cachearle ¿vale? -yo asiento con la cabeza nuevamente sin poder emitir palabra alguna.
Cuando termina de cachearme me pide el dni por lo que volteo y se lo entrego.
—Me encanta tu cresta, está guapísima -digo mientras el revisa mi dni.
—¿A que sí? Aquí nadie aprecia el buen estilo, todos en el cuerpo quieren que me la quite pero me niego -habla y escucho un poco de emoción en su voz, seguramente no mucha gente le dice lo chulo que está su cabello.
—Por favor nunca te la quites, te hace parecer único -sonrío viéndolo a los ojos.
—Tu cabello también está guapísimo, me gusta -observa mi cabello el cual está tintado de un rosa pastel- Te queda muy bien -dice sonriendo.
Siento como me sonrojo al verlo a los ojos. Nos quedamos en silencio un segundo hasta una tercera voz nos interrumpe.
—Deja de ligar Horacio, coño -le hombre vestido con una camiseta blanca habla un poco alto haciendo que varios agentes voltearan a vernos y la vergüenza se apodera de mi cuerpo nuevamente.
Volteo a ver hacia el suelo. Escucho como Horacio ríe.
—No se enfade papu -voltea nuevamente hacia mi- Vale señorita Camila le devuelvo su dni -estira su mano con este y lo cojo- ¿Necesita algún tipo de ayuda médica o algo por el estilo? -pregunta con una sonrisa.
—No lo creo -niego con la cabeza mientras hablo- Muchas gracias agente, ojalá logren capturar a esas personas de dentro.
—Créame que los vamos a agarrar soy el puto héroe de la ciudad -dice y yo río.
—No lo dudo.
—Bien, vaya con cuidado Camila, espero que nos encontremos luego en otra situación.
