Me voy a casar.

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   Luego de aquella escena que se había montado, Jimin pudo aprovechar el momento para huír de su casa. Su padre no fue tras él, por supuesto, no iba a arruinar su preciada cena, la cual era mucho más importante que su propio hijo.

   Él no sabía que hacer, su cabeza daba mil vueltas, se iba a casar, sabía que su padre no tomaría aquel asunto como un chiste, haría todo lo posible para obligarlo, y escapar de aquello sería sumamente difícil. Sin embargo no entendía el porqué, todos estaban en su contra, no permitían su felicidad, no aceptaban a Hyesun, nunca lo harían, pero él no la quería dejar.

   La única opción que encontró viable en ese momento fue refugiarse en el alcohol, como solía hacerlo siempre que tenía problemas, más bien, siempre que su padre le traía problemas. Se dirigió a su bar preferido, en el cual había conocido a su perfecta novia, y como era costumbre en ella, ahí estaba.

   Ambas miradas se encontraron, no hicieron falta las palabras para que se entendiera que debían hablar. Ella estaba felíz al verlo, aunque no bastó mucho para que se diera cuenta, él se hallaba angustiado. Jimin sabía que tarde o temprano debía enfrentar la realidad, debía contarle lo que su padre planeaba antes de que se enterase por otros medios.

   Luego de algunas rondas de cerveza, Hyesun rompió el hielo, puesto que su novio no podía nisiquiera mirarla, mucho menos hablarle.

— Y bien ¿qué ocurre? — cuestionó con algo de inseguridad. — ¿es tu padre de nuevo?

— Si — Respondió cortante, aún con la mirada en el suelo, sus manos entrelazadas sobre sus rodillas y su espalda encorvada.

— Dime, Jimin, puedes contarme lo que sea. — El muchacho se tomó su tiempo en responder, no sabía cómo encarar la situación, no sabía nisiquiera qué palabras debía utilizar. Sin embargo, luego de algunos segundos se dió por vencido y simplemente lo soltó.

— Me voy a casar.

   Ninguno dijo nada más por algunos segundos, quizás minutos. Ella tenía demasiada información que procesar, al igual que él.

— ¿Quién es? — Preguntó finalmente ella.

— La hija de un colega de mi padre, no la conozco mucho, pero te aseguro Hyesun que yo no quise esto, todo fue idea de mi padre. Yo no quiero casarme con ella, no quiero casarme con nadie más, solo quiero estar contigo. — Levantó la cabeza por primera vez para observarla, pequeñas lágrimas reposaban sobre sus mejillas, aquello le partía el corazón. Una por una las palabras salieron de sí mismo, no quería perderla, y quería asegurarse de que ella lo supiera.

— Jimin, este es el momento para que te enfrentes a tu padre y se lo digas, no a mí. Si realmente quieres estar conmigo, enfréntate a tu padre.

— No es tan fácil, Hye.

— Nunca dije que lo fuera, pero debes hacerlo. — Sostuvieron la mirada por unos instantes, ambos con lágrimas en sus ojos, estaban destrozados. — Bien, creo que debo volver a casa, tú haz lo mismo.

   Sin más la jóven huyó del lugar, no quería seguir escuchando, solo quería ir a casa a dormir, y tratar de despertar por la mañana enterándose de que todo lo que acababa de oír no había sido nada más que una horrible pesadilla.

   Por su parte Jimin nisiquiera pensaba en volver a su casa esa noche, se distraería, saldría a clubes, fingiría que su vida no era la mierda que era, se divertiría, bebería y olvidaría.

Marriage is a Farce. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora