ᴄᴜᴀᴛʀᴏ

11.1K 713 208
                                    

☼ ʙᴇᴇʀ ᴘᴀʀᴛʏ ☼

☼ ʙᴇᴇʀ ᴘᴀʀᴛʏ ☼

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kiara y Violeta caminaban de la mano llevando la manguera para el barril. Mientras que Pope llevaba los incontables vasos rojos y JJ con John B el barril lleno de cerveza. Llegaron hasta unos metros de la orilla y dejaron el barril en el suelo. Violeta le lanzó la manguera a JJ, para que este la adaptara al barril. Los chicos bromearon y el rubio le lanzó cerveza a JB. Pope abrió la bolsa plástica con lo vasos y le pasó varios a John B para los llenara de la bebida alcohólica.

–Gracias. —La rubia sonrió cuando JJ le pasó un vaso.

–No. Diablos, no. —Pope se negó cuando el castaño le ofreció un vaso.

–Lo tomaré. —JJ recibió el vaso.

La gente comenzó a llegar de a poco, pero cada vez había más. Jóvenes de diferentes lados, pogues, kooks y turistas. Rápidamente el grupo de amigos se separó, John B se fue con una turista a coquetear al igual que Pope, Kiara estaba con un grupo que conocía de la escuela hablando de signos zodiacales, JJ disfrutaba bebiendo con otro grupo de pogues y Violeta trataba de alejarse lo más posible de los kooks que se le acercaban.

No era misterio para nadie, que ella no quería tener nada que ver con los kooks. Incluso ellos lo sabían, pero se divertían haciéndola pasar malos ratos. La rubia se alejaba lo más posible cuando chocó con alguien, se volteó dispuesta a disculparse, pero cuando vio a la persona, se quedó completamente muda.

–Hey, linda. —Rafe sonrió de costado.

–Piérdete.

Violeta y Rafe habían salido un par de meses. El hermano mayor de los Cameron había insistido tanto, que la rubia había accedido a ser su novia. No duró mucho, el rubio era insoportable, controlador y algo raro. Violeta sabía que se metía drogas de gran calibre y había tratado de terminar varias veces con él. Pero todo culminó en su fiesta de cumpleaños. Rafe había bebido y consumido cocaína, además de estar besándose con una morena que la rubia ni siquiera conocía. No le había dolido, pero si le había molestado mucho, había dañado su ego, la había engañado en su propia casa en frente de todos, incluso sus padres.

Desde ese día, los Reid no habían pisado la casa de los Cameron, ni siquiera para las fiestas.

–Espera, quizás podemos hablar. Ponernos al día.

La rubia miró incrédula el agarre que había hecho el mayor sobre su brazo.

–No tengo nada de qué hablar. Déjame en paz.

𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓𝐀 | ᴊᴊ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora