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[ otoño 2019 ]
Adam y Eleanor Reid sonreían al ver a su hija divertirse en su fiesta de cumpleaños. La chica cumplía sus dulces dieciséis y todos sus amigos de Figure Eight habían asistido a gran fiesta en la enorme casa de los Reid. Los adolescentes disfrutaban de la brisa que aún parecía veraniega, pero realmente el otoño ya se comenzaba a notar. El atardecer acompañaba la gran fiesta mientras que Violeta miraba a lo lejos como su amiga Kiara disfrutaba con sus nuevos amigos kooks.
–¿Qué pasa? —Rafe Cameron dijo cuando llegó a su lado.
El heredero de los Cameron había insistido todo el año para que la rubia le diera una oportunidad. La iba a recoger de la escuela, se paseaba los fines de semana por su casa y le mandaba bastantes mensajes. Violeta no entendía a Rafe, era mayor que ella y sus amigos, literalmente podría salu con cualquier chica de la zona kook, pero se había obsesionado con ella. Quizás era algo que hacía para complacer a su padre, demostrarle que era responsable y salir con la única hija de Eleanor Reid –quien era sumamente respetada por los kooks– era su forma de expresarlo. Pero Violeta no sentía nada por, algo de cariño debido a todos los años que lo conocía. Ademas que le era algo extraño para ella todas las cosas que el rubio había hecho para salir con ella, su madre decía que era adorable y una forma de "cortejarla", pero Violeta lo encontraba algo obsesivo y raro. Sin embargo, hace dos meses había aceptado. No podía quejarse, Rafe se había comportado como un novio ideal y había respetado todas sus decisiones, incluso pensó que podría llegar a gustarle.
–No entiendo por qué Kie no me habla. —Susurró la rubia mirando aún a su amiga.
–Quizás porque sigues juntándote con pogues. —Rafe se encogió de hombros y se alejo para ir por busca de más alcohol.
Violeta suspiró. Rafe odiaba a sus amigos, pero ella no tenia más. Los kooks la respetaban, pero no se le acercaban desde que había comenzado a desarrollar su amistad con los chicos del corte. Tenían diez años y la rubia pasaba su verano con su Abuela, sus padres habían viajado a Europa y como castigo por una travesura, la habían dejado todo el verano con Dalia Reid en la zona pogue, pensando que así ella aprendería su lección. Pero Violeta conoció a tres chicos de la zona que habían hecho su verano totalmente divertido. John B, Pope y JJ, los tres nacidos y criados en el corte. Al principio habían estado asombrados por la chica y juraban que todos estaban enamorados de ella, pero luego se dieron cuenta que solo era el asombro por ver a una chica diferente. Violeta tenía esa elegancia que su madre le había impuesto y su forma de expresarse los había descolocado. Los cuatro rápidamente se volvieron muy amigos y pasaron un espléndido verano. Cuando la chica tuvo que volver a su casa en la zona kook, los tres niños se habían decepcionado, pero ella les prometió que seguirían siendo amigos.
