Capítulo 5: Entre las sombras

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Living casa Piloto – Noche

Susana y Álvaro traían a Miguel a duras penas, hasta dejarlo sobre uno de los sillones. Victoria, Liz, Iván y Luciano se acercaron a ver la herida, la cual había penetrado en una parte del hombro, a pesar de la gran cantidad de sangre que había alrededor, no era muy profunda.

–¡Aah! –se quejaba Miguel–. ¡Quítenme esta mierda de mi hombro!

–Mi amor, calma –decía nerviosa Susana, caminando de un lado a otro.

–Respira por favor –dijo Luciano, tomando con una de sus manos la flecha, y con la otra sosteniendo el cuerpo de Miguel–. Victoria, por favor, trae algo de alcohol de la casa, y la gasa también.

Luciano con fuerza sacó la flecha del hombro de Miguel, éste dio un gran grito de dolor. Álvaro puso una camisa vieja sobre el hombro, mientras esperaban a que llegara Victoria.

–¡Tanita! –balbuceaba casi sin sentido Susana.

–¿Qué fue lo que pasó? –preguntó Liz.

–A la pequeña la tienen... sea lo que sea que exista en el maldito bosque de atrás –contó Álvaro, bastante afectado–. Y, cuando don Miguel intentó subir la reja para saltar, algo desde el interior lanzó un flechazo contra él.

–Liz, empaca tus cosas, nosotros nos vamos de acá –ordenó Iván.

–Hace bastante tiempo que tuvimos que habernos largado de acá –dijo Liz, disimulando una sonrisa que escapaba de su rostro.

–¡No! –gritó Susana, tomando del brazo a Liz–. ¡Nadie se puede mover de acá!

–Calma –dijo Álvaro–. La extraña mujer que entró acá...

–Olga –acotó Liz.

–Ustedes escucharon, si alguien se larga de acá, la hija de ellos va a morir –exclamó Álvaro.        

Iván miró hacia el suelo y Liz se lamentaba. Victoria entró con una gasa y una botella de alcohol en su mano.

–Olga gritó que ellos no querían dañarnos –prosiguió Álvaro–. Y creo que si podemos dar una ayuda a la Señora Abarca, es quedándonos acá, y sin decirle absolutamente nada a la prensa sobre el secuestro de Tania.

–¿No nos dañarán? –preguntó Victoria, pasando los artículos de enfermería a su marido.

–No, eso dijeron – respondió Álvaro.

–Por favor –suplicó Susana, llorando desconsolada–. No se vayan, es la única ayuda que les suplicaré, confiemos en sus palabras.

Victoria y Luciano se encargaban de ayudar a Miguel, mientras que Liz y Álvaro comentaban algo entre ellos, sin que nadie pudiera escuchar.

– Está bien – dijo Iván – Pero les advierto, a la primera señal de que ellos no cumplirán su palabra, mi esposa y yo nos marchamos de acá.


Sala de prensa – Día

Diego entró a la sala y saludó con un beso en la mejilla a Ana, quien estaba preparando unas tarjetas para la edición matutina de Informa10.

–No me vas a creer lo que pasó –dijo Diego a Ana.

–¿Qué más te pasó? –preguntó, riendo Ana.

–Te conté que iba a ir a ver al supuesto sobreviviente –dijo Diego, bajando notoriamente el volumen de su voz y poniéndose al lado de su compañera de trabajo.

–Sí, algo me dijiste por teléfono... ¿qué pasó con eso?

–Pues bueno, Angelina, la abogada, me llamó diciéndome que el sobreviviente aparecía como muerto cuando yo estaba en el hospital. Y resulta, que Víctor murió un par de minutos después de su llamado, escuché el balazo y vi como huía el asesino.

(Terror, Suspenso) Llave al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora