Capítulo 27

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Camino por el pasillo y siento que alguien me sigue pero no me detengo a ver quien es, sigo mi camino hasta llegar a la oficina de mi padre.

Me detengo frente a la puerta de madera, suspiro y la abro. De pronto todos los recuerdos vienen a mi, cuando habría la puerta el siempre me recibía sentado frente a su escritorio "Hola mi princesa" me decía mientras yo me acercaba el y ahora... que abro la puerta el... no esta.

Trago saliva y recorro el lugar con la mirada y puedo notar no se a limpiado por un buen tiempo.

-Debiste avisarme que ibas a regresar- dice mi hermano detrás de mi.

Sonrío por su regaño y cuando me giro lo tengo frente a mi, ya extrañaba verlo.

-Se que debí habértelo dicho, pero no quería alertar a nuestra madre- me acerco a el y lo abrazo -Te extrañe mucho- le digo mientras nos damos un enorme abrazo de oso.

-Yo igual y me sorprendió mucho que sacaras ese as de la manga, nuestra madre se quedo de piedra-

-Lo se- le digo mientras me separo de el y camino hasta el ventanal, observo el sol que brilla en lo alto del cielo y que poco a poco quita la nubosidad de la ciudad.

-¿Cuál es el siguiente paso hermana?- asiento y comienzo a relatarle una parte de mis planes.

Unas horas mas tarde.

Voy en el coche con Jaime, después de lo ocurrido me siento mas tranquila y mi hermano apoya mi plan al cien por ciento, el nos sigue en su coche hasta mi casa.

Cuando se detiene el coche frente a la puerta salgo y me dirijo a la puerta pero cuando apenas la voy a abrir de ella sale Liz y con cara de espanto.

-Oh Dios mio, me tenias con el pendiente ¿Cómo te fue? ¿porque tardaste tanto?- sonrío ante sus preguntas.

-¿Cual de todas te contesto primero? Vamos entremos y te contare todo- caminamos hasta la sala y me dejo caer en uno de los sofás.

-Espérame traeré algo para beber- mientras ella se va comienzo a quitarme el saco y los zapatos, hacia tanto tiempo que no me los ponía que hasta me dejaron marca y cuando voy a quitarme el zapato izquierdo escucho un estruendo.

Descalza corro hasta dar al pasillo que va a la cocina y me encuentro a Liz desmayada en brazos de Mario.

-¿Qué demonios paso?-le digo mientras me acerco a ellos.

-Iba entrando y se asusto al verme, la agarre justo antes de que tocara el suelo-

Veo como Mario la alza en brazos y comienza a subir las escaleras.

-¿Que paso niña?- Pregunta Francisca mientras se limpia las manos en el delantal.

-Por favor llama al doctor, que acuda de inmediato coméntale que Liz esta embarazada- la veo que corre por el pasillo y yo subo las escaleras hasta el cuarto de Liz.

La puerta esta entre abierta y escucho la voz de mi hermano alterado y a Liz llorando, estoy a punto de entrar cuando oigo que mi hermano le grita.

-¿Por eso no respondías mis llamadas? ¿Cuándo demonios pensabas decirme que estas embarazada?- ¿Que demonios? Eso no me lo esperaba, osea que el hijo de Liz es de mi hermano.

-No sabia como decírtelo, con todo los problemas que tienes y encima agregar un bebe, no era justo para ti-

-Y para ti si es justo cargar con un bebe ¿Sola? Maldita sea, no entiendo lo único que yo te pedí fue sinceridad y mira como me vengo a enterar que vas a tener a mi hijo-

-Cálmate-

-No me digas que me calme ¿Acaso pensaste que nunca me iba a dar cuenta?-

El silencio reina en la habitación, aun no comprendo como demonios es que estos dos se relacionaron, no me molesta pero me hubiera gustado estar al tanto que se querían y ahora voy a hacer tía, literalmente.

Entro en la habitación, veo a mi hermano de pie frente a la ventana con las manos sobre sus caderas y a Liz llorando sin parar, se que sabe que entre en la habitación pero todavía no me a mirado.

-¿Cuándo pensaban decirme que ustedes están juntos?- Liz se echa a llorar mas fuerte y mi hermano me responde desde su lugar.

-Quería hablar contigo de eso, tenia todo planeado para contarte de nuestra relación, pero Liz me dijo que aguardáramos un poco, menciono que estabas presionada por ese trabajillo que tenias-

-¿Trabajillo?- alzo la ceja en señal de pregunta a pesar de que el no me ve.

-Si, no puedes decirme que ese era un trabajo real-

Lo ignoro mientras presto atención a Liz. Después de unos minutos ella me mira y se que muchas cosas pasan por su cabeza.

-Yo...- toc, toc

Entra el doctor y mientras le decimos lo ocurrido el comienza a sacar sus instrumentos, luego de un momento nos indica que salgamos para poder revisarla.

Después de unos minutos, sale el doctor y nos da indicaciones para cuidarla, el desmayo se debido a la impresión de ver a mi hermano, pero en si no representa ningún riesgo, el doctor se despide mientras Francisca lo acompaña a la salida.

Entramos de nuevo en la habitación y a Liz la veo un poco mas tranquila, pero lo pálido no se le quita. Ella me mira y puedo estar casi segura de lo que me dirá.

-Se que piensas mal de mi, se que te traicione. Créeme cuando te digo que pensaba decírtelo, en serio, pero se atravesó todo esto y no quise causarte mas problemas, sabes que te amo, eres mi hermana, mi mejor amiga, perdóname- veo que las lagrimas siguen cayendo por sus mejillas.

Suspiro pero no le respondo nada. Siento lo tenso que esta mi hermano por mi posible reacción, pero pese a lo que piensen en este momento no estoy de humor, así que los dejo a ambos solos y mientras camino hasta mi cuarto puedo escuchar como Liz grita mi nombre.

Estoy en mi habitación con una taza de te entre mis manos, Francisca me ha dicho que me servirá para calmarme, oigo que la puerta se abre y entre mi hermano.

-¿Podemos hablar?- dice con la cabeza baja.

-Es un poco tarde para eso ¿no?- digo sin mirarlo.

-Se lo que piensas, quería hablarte de esta relación, pero no sabia como, ella es tu mejor amiga yo no quería su amistad se viera rota por mi culpa y mira como terminaron las cosas...-

-Escucha...- lo interrumpo aun sin mirarlo -Lo que debes hacer es arreglar las cosas con ella, así que te pido de favor que te la lleves de aquí-

-¿Estas segura?- pregunta nervioso.

-Ya conoces la salida- escucho como camina y cierra la puerta detrás de el.

Esos labios que beseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora