Han pasado 4 malditos días desde que ese hombre entro en mi casa y cogimos en el pequeño sillón de mi sala. "Maldito sea" estoy aquí para poder comenzar de nuevo y este hombre me quema el cerebro.
Después de caer dormida en sus brazos me desperté en mi cama, con mi pijama y completamente sola. Creí que volvería mas tarde con comida, como la primera vez, pero no fue así, él no regreso.
Cuando regrese al trabajo el lunes por la mañana nos notifico Damian que los 3 jefes se habían ido a Washington, así que podríamos estar un poco mas tranquilos.
Los días se me hicieron eternos, y lo peor es que no podía concentrarme en el dichoso trabajo. Solo recordaba todo lo ocurrido ese día en mi casa, sus besos, sus manoseos, esa condenada mirada que me derretía, todo él.
"Lo maldigo mil veces" coloco mis manos sobre mi cara, estoy tan frustrada que no se como reaccionar. A lo lejos oigo el sonar de una canción y cuando caigo en cuenta es mi celular el que suena.
-Bueno- contesto sin mirar quien es.
-Hola amor ¿Me extrañaste?- sonrió ante su comentario.
-Hola nena, hasta que te dignas a llamarme ¿Dónde estas?- pregunto mientras me recargo en la silla.
-Llegue hoy en la mañana, he dormido un par de horas, así que hoy nos veremos por la tarde, de preferencia en la noche ya que todavía quiero dormir mas, tenemos muchas cosas de que hablar-
-Esta bien, ahora estoy en el trabajo tratando de concentrarme así que mas tarde nos ponemos al corriente- me despido de Liz y vuelvo a prestar atención a la pantalla, pero no se me ocurre nada.
Trato de relajarme, cierro mis ojos por un momento y concentro mi respiración, pero en tan solo unos minutos esos diabólicos ojos me contemplan desde el sillón de mi salón. Agito mi cabeza para borrar esa imagen "necesitas concentrarte" me regaño y niego con la cabeza.
-No te concentras- dice Adrian sentándose en la silla frente a mi mesa.
-La verdad es que hoy no a sido mi día, no logro enfocarme-
-Así me imagine cuando todos bajamos para comer y tu aun sigues aquí-
-¿Eh?- digo mientras miro a todos lados y veo que solo nosotros estamos aquí.
-Vamos a comer- asiento y me levanto. Caminamos juntos hasta el ascensor.
Cuando llegamos a la cafetería vemos a los compañeros sentados en una enorme mesa.
-Hola, creímos que no comerías- dice una compañera.
-Has estado muy distraída ¿Te sientes mal?- pregunta otro compañero.
Niego mientras me siento frente al compañero que hizo esta pregunta y Adrian se sienta a mi lado.
-Estoy bien, es solo que no ha sido mi día-
-Mas bien días, sabes que pienso que tienes problemas del corazón, tal vez tienes problemas con el novio ¿Verdad?- Noto como los demás se inclinan hacia adelante como si fuera a rebelar una gran secreto.
Yo me río por sus ocurrencias "¿Problemas de amor?" hace mucho que deje de creer en el amor.
-Bueno... La verdad es que...- todos se quedan en suspenso ante lo que voy a decir -La verdad es que.... Solo tengo gases- todos abren los ojos y yo suelto la carcajada -Es broma- y todos se ríen -Para ser honesta desde hace mucho que estoy vacunada contra esa enfermedad del amor-
Después de ese pequeño interludio comenzamos a comer y algunos hacen unas cuantas bromas.
-¿De verdad no tienes novio?- la voz de Adrian trato de ser un susurro pero no lo logro, esa pregunta hizo que me tensara.
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Esos labios que bese
Romance-¿Ni siquiera eso puedes hacer como mujer?- esas son las ultimas palabras que mi madre me dijo antes de que me fuera de casa, no podía seguir viviendo ahí y ver la mirada triste de mi padre, oír las palabras crueles de mi madre y soportar el apoyo d...