-No es fácil para mi decir esto, si te soy sincero creo que jamás he podido hablar con alguien de lo que voy a decirte, pero quiero ser sincero contigo-
-Como recordaras mi madre biológica nos dio en adopción, por lo poco que he podido investigar ella era muy joven cuando nos tuvo, alrededor de 18 años, tal vez 20. Sus padres la hicieron que diera en adopción a los niños, los entrego a un convento en donde estuvieron al menos por 6 meses-
-Los señores Zapata llegaron a este orfanato buscando un hijo, siendo Nicolás su elegido, Elias y yo también fuimos adoptados pero por diferentes familias. En mi caso me toco una buena familia, mi padre no fue el hombre mas cariñoso del mundo pero mi madre lo compensaba con creces-
-Mi padre era dueño de una pequeña joyería que se ubicaba en el centro de la ciudad, era muy pequeña pero tenia piezas muy hermosas y que muchas veces eran únicas en el mercado; mi madre era cien por ciento ama de casa, jamás tuve que preocuparme porque mi ropa no estuviera limpia o porque no hubiera de comer-
-Ellos fueron unos grandiosos padres. Cuando mi padre falleció a mi me heredo la joyería y a mi hermano menor, le dejo la casa, el dinero, y otras inversiones que había dejado. Jamás me queje de lo que me entrego, al contrario de mi hermano, yo estaba feliz por haber recibido esa herencia, yo realmente amaba ese lugar-
-Para mi era un lugar mágico, me encantaba entrar y ver todos los objetos que usaba para fabricar un anillo, darle mantenimiento a un reloj o simplemente contemplar esas joyas a contraluz y ver las diferentes tonalidades que podía tomar-
-Antes de morir me contó mi historia y así fue como di con mis hermanos Nicolás y Elias, a pesar de que somos trillizos somos muy diferentes, pero realmente los aprecio mucho, aunque a veces no lo parezca-
-En cuanto a mi madre, ella falleció hace dos años de cáncer, no fue detectado a tiempo así que ya nada se podía hacer, por eso mismo hice hasta lo imposible por devolverle un poco de todo lo que me había dado-
Se quedo en silencio como recordando ese momento el cual debió de ser sumamente doloroso, lo observaba con admiración, este hombre frente a mi, seguro de si mismo también es un hombre que siente y se entristece.
Nos quedamos en silencio un momento, yo no quería presionarlo, dejaría que pusiera en orden sus ideas, al fin y al cabo teníamos mucha noche por delante. Observe el mar que estaba un poco en calma, de vez en cuando había oleaje pero muy bajo, la luna iluminaba el agua asiendo que este momento fuera especial.
Así que sin pensarlo mucho, tome a Tomas de la mano y lo lleve hasta la orilla del agua.
-Quítate los zapatos, las calcetas y te remangas el pantalón- mientras yo me quitaba las sandalias y me sentaba en la arena. Cuando el agua subía tocaba mis pies, pero no subía mas allá. Tomas se sentó a mi lado y seguimos en silencio un poco mas.
-Cuando mi madre falleció perdí contacto con mi hermano, sabes el jamás sintió afecto por mi, creo que mas bien era una rivalidad absurda por su parte, el no contaba con su clara ventaja, él era su hijo, sangre de su sangre, carne de su carne-
-Yo jamás lo vi como un rival pero él siempre quería competir conmigo y claramente el tenia mucho mas ventaja que yo, pero aun así jamás me sentí desplazado o poco valorado-
-Mi padre me enseño el negocio de la familia y mi madre me inculco a jamás tratar mal a una mujer- dice esto mientras su mano se encuentra con la mía y quedan entrelazadas.
Mi corazón late de forma acelerada, siento que se me va a salir del pecho, así que trato de tranquilizarlo lo mejor que puedo. Nos quedamos en silencio por un par de minutos hasta que me asalta una gran duda.
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Esos labios que bese
Romance-¿Ni siquiera eso puedes hacer como mujer?- esas son las ultimas palabras que mi madre me dijo antes de que me fuera de casa, no podía seguir viviendo ahí y ver la mirada triste de mi padre, oír las palabras crueles de mi madre y soportar el apoyo d...