[Maratón 4/5]
En sus dieciocho años de vida, Hyuka podía decir que solo se había enamorado dos veces. La primera vez fue a los ocho años de Sowon, la niña bonita –y mayor que él– que vivía enfrente de su casa. La segunda vez fue a los trece/catorce de Jungkook, el hermano mayor de uno de sus amigos. Ninguno había durado más de un año, lo que hacía su búsqueda de citas algo secundario, terciario, irrelevante en su vida.
¡Vamos! ¡En toda su vida, ni siquiera había tenido una!
Así que no le hacía gracia que Gyu y Lía lo comprometieran a una cita con Yuna. No pensaba ir, estaba decidido a encerrarse en su habitación y no salir. Pero Beomgyu lo había amenazado, y si la experiencia le decía algo, debía de acceder o dejar que sus peluches sufrieran las consecuencias.
La verdad era que Yuna no le caía mal, no era por ella que no quería tener la cita. Simplemente no le interesaba tener ninguna cita.
Suspiro resignado.
En esos momentos esperaba tranquilamente en la plaza donde, de acuerdo al texto de su hermana, debería haber llegado Yuna hacía quince minutos. Hyuka resoplo enojado y frustrado y decidido a regresar a casa y ponerse a hacer la tarea que le faltaba. Alzó la vista para ver una vez más por la vereda buscando a su (indeseada) cita.
Logró ver la cabellera rubia de una joven que creyó reconocer vestida con una falda y caminando lentamente. Bebía lo que parecía una malteada y tranquilamente revisaba su celular con la mano contraria. Hyuka tuvo el impulso de gritarle para que le viera y regañarla por ser tan imprudente. Podrían asaltarla, o atropellarla por venir más concentrada en el teléfono.
Tras unos segundos, Yuna alzó la mirada y vio a Hyuka esperándola. Guardó el celular en una pequeña bolsa y hecho a correr hacía él.
—¿Esperaste mucho? —preguntó ella, una vez que llegó junto a Ningning. Tenía las mejillas arreboladas por la corta carrera.
—Quince minutos no es mucho — respondió con una falsa sonrisa.
Yuna asintió mientras sus mejillas se teñían de un rojo intenso mientras susurraba disculpas. Tardó un momento en recomponerse antes de carraspear para recuperar el control de su voz.
—Y ¿qué vamos a hacer hoy? — cuestiono sin verlo, aun se notaba nerviosa y avergonzada.
A Hyuka le hacía gracia su nerviosismo y la molestia del retraso junto a su propia ansiedad se desvanecieron.
—Mi hermana dice que por esa calle hay un arcade — dijo, señalando la calle por la que tendrían que caminar — creo que podemos ir ahí.
Yuna asintió antes de tirar el bote de su malteada. Ambos comenzaron a caminar por la vereda. Había bastante gente a esas horas por lo que, para no perderse, Yuna tomo a Hyuka del brazo. Este lo sintió y recordó entonces que se suponía aquello era una cita.
Mientras caminaban en un cómodo silencio, Hyuka comenzó a pensar.
Habían pasado tres días desde aquel desastroso primer ensayo y su cuerpo comenzaba a resentirlo. Le dolían las piernas y la espalda y todo el cuerpo, si era sincero. Lo único que le reconfortaba era saber que Soobin estaba igual o peor –pero a Binnie lo cuidaba Yeonjun y a Ningning su hermana le cuidaba burlándose de él–.
Lograron practicar un par de veces durante esos tres días y aunque la coreografía que Hoseok, amablemente les había montado, no era perfecta, comenzaba a tomar forma. Era un poco molesto avanzar tan lentamente.
Beomgyu y Taehyun también eran una molestia. Habían realizado una video-llamada para decidir qué hacer con el "super genial, elaborado y patético plan para hacer el YeonBin real (patente en trámite)" de sus amigos. Y a Ningning le iba a dar un dolor de cabeza con tantas cosas que estaban pasando.
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You got me... I got you ||Yeonbin||
ФанфикCon un mejor amigo envuelto en pesimismo, el novio del mismo con demasiada energía, la personificación andante de la indiscreción, una vecina entrometida y un crush despistado, lo último que Yeonjun necesitaba era una deuda que pagar y un concurso q...