You got me... I got you ||Yeonbin||

Phone

Cuando las puertas del elevador se abrieron en el quinto piso del edificio de departamentos Yeonjun había decidido que simplemente escucho mal las palabras de Hyuka. No creía posible que Ningning se hubiese dado cuenta de sus intenciones o de sus sentimientos. Al menos no quería creerlo, porque eso implicaba tantas cosas. Yeonjun sintió el rostro frío al pensar en las consecuencias que tendría el que Hyuka supiera de su enamoramiento por Soobin.

Hyuka, Ningning, la persona más adorable de su grupo de amigos que además no tenía ningún reparo en compartir toda información que llegará a sus manos con las personas a su alrededor. Ning podía no ser comunicativo en ocasiones, especialmente cuando se trababa de sí mismo, pero con algunos otros temas podía pasarse un poco de los limites. Aunque Yeonjun solo había vivido dos ocasiones donde la indiscreción de Hyuka los había metido en problemas, Soobin le había contado de muchas otras. De todas aquellas anécdotas, Yeonjun podía recordar tres que le sorprendieron:

La primera, Hyuka necesitando de la ayuda de sus amigos para mover unos muebles en su casa, así que la pidió cuando estaban en el instituto. Con el agregado de haberlo gritado a través del pasillo, diciendo que era responsabilidad de Soobin por invitar a Beomgyu a su casa y jugar con las pistolas de balines que estaban vetadas. El resultado fue que los tres tuvieron que hacer trabajo extra y con un castigo esperándole en casa.

La segunda, Hyuka hablando por teléfono con Taehyun sobre la persona que le llamaba la atención para que un segundo después de colgar corriera a Beomgyu para relatar la apariencia de esa supuesta persona. Aquello concluyó con Beomgyu cambiando el color de su cabello para competir con un personaje de un drama, información que Ningning no había escuchado por estar distraído con sus peluches.

La última, Taehyun y Soobin teniendo que limpiar el automóvil de Hoseok durante una semana por alguna información que su querido amigo menor había dado a conocer a su primo. La única solución aparentemente fue aquella porque la alternativa era terrible. Nunca supo que información dijo en su indiscreción y Yeonjun no sabía si quería saberlo.

Así que, Hyuka sabiendo sobre sus sentimientos era un problema.

Yeonjun comenzó a avanzar hacia su departamento, tratando de sacar la paranoia de sus pensamientos cuando un carraspeo llamo su atención. Frente a la puerta del apartamento 505 se encontraba Yuna, su entrometida vecina. Yuna era mucho menor que Yeonjun y vivía con su madre en el departamento a un costado del suyo. Por lo que sabía, la joven tenía buenas calificaciones, un gran grupo de amigas en las que confiar y asistía al mismo instituto que Ningning, solo que un par de grados por debajo. Además, era una molestia andante.

—Oppa, llega tarde — señaló con una sonrisa, Yeonjun no se fiaba de sus sonrisas.

—¿Qué sucede, Yuna? — contestó, aunque su voz sonaba sin entusiasmo, intentaba ser lo más cortés posible — no tienes tarea que terminar.

—Usted siempre es muy chistoso, oppa — comentó la chica riendo falsamente — ¿Se divirtió en su fiesta?

—¿Cómo te enteraste de la fiesta?

—Unnie dijo que iría, pero mamá no me dejó ir, aunque unnie le dijo que ella me cuidaría. Mamá cree que no me puedo cuidar aun con mi unnie ahí, así que me envió varios videos de la fiesta — contestó Yuna apresurada mientras tomaba el celular y se dirigía a la galería — la fiesta acabo muy rápido, ¿no?

Yuna acercó la pantalla de su celular a Yeonjun quién no estaba muy convencido de saber que había enviado su unnie a Yuna. Aunque pronto le llamó la atención.

—¿Podrías enviarme ese video? — preguntó apenas terminaron los tres minutos de duración del mismo.

—Claro, oppa —contestó ella recuperando su teléfono. Yeonjun se disponía a darle su número cuando un sonido llamó su atención.