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❝¿Citas?❞

—¿Porqué no nos dices cual de los dos salió gay contigo, lobo? En serio, por que si salí yo, te rechazo.

«It was a bad idea to bring the other hunter with us.» bufó cansado el lobo de Borja, a lo que el castaño solo pudo asentir y darle la razón. 

Habia ido a buscar a los cazadores para mostrarle su manada, con la esperanza de que a su destinado le acabe gustando, tratando de no ir a esas partes que podrian ser unas muy tentadoras oportunidades de escapar en ese momento. 

—Manuel, cállate de una puta vez que ni yo te soporto. —le gruñó el moreno con olor a miel, sorprendiendo al Alfa que los estaba acompañando. Parecía molesto, muy molesto.

Su contrario pelirrojo se notó completamente indignado, a tal punto de poner una de sus manos en su pecho y dejar de caminar.

—¡Sesupone que deberías estar de mi lado!

El moreno no respondió a la queja de su amigo, sólo rodó los ojos. Él no tenía la culpa de nada para empezar, pues Manuel quería ir a ver que se escondía en el famoso bosque.

«¿Y quién fue el genio que lo siguió?» refunfuñó al escuchar ese pensamiento, el cuál estaba en lo cierto.

El pelirrojo no tuvo otro remedio que empezar a bufar y hablar solo, cómo desde que llegó allí acostumbraba. Desde que se topó con Mangel, hablaba consigo mismo como un psicópata, poniendo tenso al moreno cada vez que lo hace, temiendo que tal vez ese chico de lentes resultara ser un hechicero y lo hizo delirar aquella primera vez que se toparon en la celda con un hechizo, o alguna cosa así.

Haciendo rabietas como un niño pequeño, el pelirrojo miraba a todas partes con el ceño fruncido, con su nariz arrugada y dejando libre se olor a manzanas que lo perfumaba de forma natural, sin saber que lo estaba haciendo. Desviaba la mirada de aquí para allá, cómo analizando cada posible salida de ese "espantoso lugar" para cuando vió un hermoso collar, con una cadena dorada y un muy lindo adorno de una rosa de cristal; quedando asombrado. 

«Un muy hermoso regalo para el Omega.» inevitablemente alguien le susurró, poniendolo nervioso y emocionado ante la idea. Se acercó al puesto de forma sigilosa, estirando sus dedos para llegar hasta la cadena y siguió caminando cómo si nada, teniendo el collar a su merced.

Sonreía satisfecho; tal vez eso junto al adorno colgando en el bolsillo de su pantalón lo delataron ante los ojos del Alfa, justo cuando lo sintió algo lejos y volteó a verificar. Inmediatamente los ojos azules lo miraron más molestos que antes, parando su caminar y encararlo frente a frente, hablandole con un tono afilado y pesado al cazador.

—Oye, no puedes robar. 

—Claro que puedo. Me gustó y no tengo con qué comprarlo. —respondió desafiante, provocando que el Alfa se enfade un poco, liberando sus feromonas a uva.

Los orbes marrones miraban la escena un poco incomodo, pero tambien enfadado; ¿en serio se pone a robar con el Alfa presente? ¿En serio puede ser tan bobo?

Luzu se le quedó viendo, manteniendo firme su olor y el puente tensado entre azul y verde musgo, meditando.

«We can take advantage of this.» rugió divertido y emocionado entonces el lobo del castaño, casi haciendo que él sonriera feliz a la idea que inmediatamente captó. El no era malvado, solo... tomaria esa oportunidad que se paseó por allí ese momento.

—... Vas a la cárcel. 

—¡¿Qué?! ¡No me voy a separar de Raúl!

—Tampoco puedo darte el lujo de robar, disculpa. —aprovechando que habia aumentado la seguridad del lugar, le hizo un par de señales a un oficial que estaba caminando unos considerables metros de ellos, dandole la orden de llevarse al cazador pelirrojo de vuelta a la carcel.

I will replace himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora