❝Idea❞
«Samuel» le gruñó en su mente, sientiendo su pecho arder. Su lobo estaba furioso. «De Luque, no me ignores.»
El Alfa con perfume a nueses a estado resignandose a escuchar su instinto, su lobo. Quería mantener su mente humana lo más encendida posible, sin darle la oportunidad a su animal de hacer algo.
Estaba en su balcón, observando el pueblo a lo lejos, sin poder creer el asunto de los cazadores, el asunto con el Omega teñido y todavia estaba presente el de su ruptura con el albino.
Sí, no era capaz de dejar su amorio atrás tan facilmente cómo lo había hecho su contrario. Pero eso pasaba porque no se «dejaba ayudar» por cierto Omega con olor a limón.
«Él nos puede ayudar y lo sabes, ¡lo sabes, Samuel! Deja de hacerte el difícil, por los Dioses.»
Frunció el ceño, irritado de escuchar a su lobo gruñiendole. No quería cruzar palabra con él y con nadie de ser posible.
Pasó sus manos en su rostro, con un intendo de quitarse el estrés mientras suspiraba cansado. Ya estaba un poco más relajado, a comparación de los primeros días de su ruptura. Observó la palma de su mano, teniendo un recuerdo fugaz.
El Omega había estrechado sus manos de camino a la comisaría. En aquél momento se sintió tan relajado, una corriente eléctrica se había tropezado en su columna y no dejaba de mirar al más alto, hasta que sintió los aromas de coco y menta mezclado con otros perfumes, fuerte a su alrededor.
Cómo no había nadie en su hogar, se dió la libertad de esbozar una sonrisa tierna y amorosa, mordiendo su labio en el proceso.
«¿Estaré mal en estarlo alejando todo el tiempo...?» se preguntó a sí mismo, sin recordar que tiene un lobo en su cabeza que escucha todo lo que dice.
«Sí.» soltó en un bufido, sin dejar de estar enojado con su humano. También estaba triste, el simple pensamiento de alejar a Rubius le picaba en el pecho y por lo tanto, a Samuel también.
Por la lejanía se pudo escuchar un llamado, más exacto, un «Vegetta», en los tonos algo roncos que tenía el Omega que se fundió en su cabeza. Al principio pensó que fue su lobo, poniendole la frase en la mente, haciendo que su sonrisa fuera creciendo un poco más.
Pero justamente, se volvió a escuchar el llamado. Ahora estaba seguro que era fuera de su cabeza. Dirigió sus orbes morados a la entrada de su hogar, divisando al teñido montando su chocobo, saludandolo con una mano y con la otra sosteniendo la soga de su emplumada mascota, además de una canasta. Aquello le llamó la atención al mayor, ¿que es lo que traia el Omega?
—¡Vegetta, hola! ¿Cómo estás?—le preguntó el Omega mientras bajaba del chocobo. Una vez en el suelo, jugaba con sus pies inquietos, mirando al mayor con una sonrisa nerviosa.
Mangel le había dado ánimos para ir a hablar con el Alfa. Cuándo se dice "dar ánimos", con la paciencia de Mangel y el poco sueño que llevaba en la madrugada, no se juega.
—¿Qué haces aquí?—hacía muecas, tratando de no mostrar una sonrisa tan amplia. No lo diria, pero compartia la alegria y la emoción con su lobo al ver el Omega en su casa.
—Yo... eh... bueno, sabes que yo sé lo que estas pasando, y quiero apoyarte. Bueno, sólo si me dejas apoyarte la verdad, entenderé si... no quieres... Uhum.—su voz se iba desvaneciendo, terminando en un monosílabo. Ya había dicho todo lo que tenía que decir, sintiendo que cada vez que estaba cerca del mayor perdería los estribos con su lobo.

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I will replace him
FanficUn "compañero" para los humanos es una "pareja". Una persona x de la que te enamoras y tal vez dures un solo mes diciéndole "te amo" para luego cambiarlo con el "tenemos que hablar". Pero para un hombre lobo, un compañero es alguien predestinado a a...