Amor Oculto (Legolas y Aralin)

Capitulo 10 Cambiando de Camino

|Maratón 1/?|
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POV Aralin.

Desperté y vi que Legolas hacia guardia, estaba sentado sobre una rama gruesa, me quede observándolo (no sin antes asegurarme que él pensara que yo aún dormía) por un largo, largo tiempo hasta que Legolas negó con la cabeza y rió.

-¿Cuanto tiempo más planeas verme, Aralin? -pregunto y yo me sonroje, levantándome de donde estaba-

-No te veía a ti, estaba viendo los árboles -dije disimulando mi vergüenza-

-Son lindos ¿no? -rió-

-S-si, deberías dormir, yo haré guardia ahora, de todas formas mi turno comenzó hace media hora -me encogí de hombros- sabias que estaba despierta entonces...¿Por qué no me hablaste?

-Quería verte dormir -susurro- y no tengo sueño

-Bueno yo creo que si tienes y mucho

-Aralin...-reprocho-

-Legolas, es mi turno de hacer guardia y no pasara nada lo prometo -dije- por una vez en la vida confía en mi ¿si?

-Confío en ti, es que...-lo mire con ojos de perrito y él accedió- bien tu ganas -suspiró-

-¡Genial! Ahora ve a dormir -dije y él se levantó, no sin antes darme un beso en la comisura de los labios haciendo que yo me sonrojara-

El turno de mi guardia se me hizo eterno después de que Legolas se durmió, me quede otro tiempo viendo al Elfo dormir hasta que Sam y Aragorn despertaron para unirse a mi en la guardia.

Un silencio de muerte reinaba alrededor y por encima de todo se extendía un cielo azul y claro mientras el sol ascendía en el oeste. A lo lejos, en el sur, apareció una mancha oscura y creció y fue al norte como un humo llevado por el viento.

-¿Qué es eso, Trancos? No parece una nube -le susurro Sam a mi hermano- ¿Aralin?

Mi hermano y yo no contestamos, solamente veíamos el cielo, no tarde en reconocer que era: bandadas de pájaros que volaban muy rápidamente y en círculos, yendo de un lado a otro, como buscando algo y cada vez más próximas.

-¡Échense al suelo y no se muevan! -siseó Aragorn arrastrando a Sam y a mi a la sombra de una mata de acebos-

Un regimiento de pájaros acababa de desprenderse de la bandada principal y se acercaba volando bajo, mientras pasaban sobre la loma, se oyó un único y ronco graznido. Cuando los pájaros desaparecieron y el cielo se aclaró de nuevo, Aragorn y yo nos incorporamos y despertamos a Gandalf

-Regimientos de cuervos negros están volando de aquí para allá entre las Montañas y el Aguada Gris -dijo Aragorn-

-Han pasado sobre Acebeda, no son nativos de aquí; son crebain de Fargorn y de las Tierras Brunas, no sabemos que les ocurre; quizá un problema en el sur del que vienen huyendo; pero creo que están espiando la región -continúe-

-Hemos visto además, algunos halcones volando alto en el cielo. Pienso que tendríamos que partir de nuevo esta misma noche, Acebeda ya no es un lugar seguro para nosotros; es un lugar vigilado -siguió Aragorn-

-Y en ese caso, lo mismo será en l Puerta del Cuerno Rojo -dijo Gandalf- no alcanzo a imaginar como podríamos pasar sin ser vistos

-Por suerte nuestro fuego humeó poco y sólo quedaban unas brasas cuando los crebain vinieron -dijo mi hermano-

-Hay que apagarlo y no encenderlo más -sugerí-

*+*+*

Cuando los demás despertaron al cabo de la media tarde, las noticias les fueron comunicadas y el que más le afecto fue a Pippin ya que no quería volver a caminar de noche y Gandalf trato de reconfortarlo mientras Sam le susurraba a Frodo.

-Me dijiste que en tu guardia no sucedería nada -me susurró Legolas parándose detrás de mi con una de sus manos en mi cintura, me tensé esperando que el Elfo no lo notara pero él sólo rió-

-T-técnicamente era el turno de S-Sam -me defendí-

-Como digas -rió- ¿por qué estas roja? -dijo acercándose a mi rostro-

-<<Porque estando cerca de ti siento cosas raras>> P-por n-nada -conteste ganándome una sonrisa burlona del elfo lo cual me enojó e hizo que me separara bruscamente de él-

Todo aquel día la Compañía permaneció oculta, los hobbits estuvieron al cuidado de Gandalf, Gimli y Boromir con Aragorn, mientras que yo evitaba a Legolas siempre que podía. Los pájaros oscuros pasaron sobre nosotros una y otra vez y cuando el sol poniente enrojeció desaparecieron en el sur.