Amor Oculto (Legolas y Aralin)

Capitulo 11 Camino Elegido

|Maratón 2/?|
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POV Aralin.

Al anochecer, nos pusimos en marcha, volviéndonos ahora un poco al este nos encaminamos hacia el lejano Caradhras, una tras otra las estrellas blancas se asomaron en el cielo que se apagaba.

Guiados por mi encontramos un buen sendero, la luna llena alzó por encima de las montañas. Era hora de frío glacial que precede a la aparición del alba y la luna había descendido, ninguna otra cosa ocurrió anoche, aparte de la extraña sombra que cruzo delante se nosotros pero que pasamos desapercibidos.

A la mañana siguiente, el alba fue más brillante pero hacia mucho frío y el viento soplaba otra vez al este.

En la tercera mañana el Caradhras se elevó delante de nosotros, una cima majestuosa, coronada de nieve plateada pero faldas desnudas y abruptas de un color rojo cobrizo como tinto en sangre.

-El invierno avanza detrás de nosotros -le dijo Gandalf a Aragorn- en este sendero angosto es muy posible que nos vean y hasta nos tiendan alguna trampa ¿Qué piensan de este itinerario, Aragorn, Aralin?

-No pienso nada bueno del principio al fin, y tú lo sabes bien, Gandalf -respondió Aragorn- y a medida que avancemos aumentarán los peligros conocidos y desconocidos

-Pero tenemos que seguir, de nada sirve demorar el cruce de las montañas. Más al sur no hay desfiladeros hasta llegar al Paso de Rohan -hable-

-Desde los informes que nos diste de Saruman, no me atrae ese camino -dijo Aragorn- quien sabe a que bando pertenecen ahora los mariscales de los Señores de los Caballos

-¡Quien sabe, en verdad! -dije por primera vez- pero hay otro camino, que no es el paso de Caradhras: el camino secreto y oscuro del que hablamos una vez

-¡No volvamos a nombrarlo! No todavía, no digas nada a los otros, te lo suplico, Aralin -me reprochó Aragorn-

-No hasta estar seguros que no hay otro remedio -dijo Gandalf- pero tenemos que decidirnos antes de continuar

-Entonces consideremos ahora el asunto mientras los otros descansan y duermen -dije-

Al atardecer mientras los otros concluían el desayuno, nosotros tres nos hicimos a un lado, mirando el Caradhras. Los flancos parecían ahora sombríos y lúgubres.

Hablamos durante un largo tiempo hasta que decidimos por fin, que rumbo tomar y regresamos al grupo, Gandalf hablo haciéndole saber a los demás que decidimos enfrentar el mal tiempo y los peligros del paso dando a conocer también, las razones por las cuales lo decidimos como el temor de que la Puerta del Cuerno Rojo este vigilada y las dudas sobre el tiempo.

-Hoy oscurecerá pronto, partiremos en cuanto estén listos -finalizó el mago-

-Yo añadiría una pequeña advertencia, si se me permite -dijo Boromir colocándose a mi lado mientras Legolas lo veía enojado- antes de descenderé el otro lado, encontraremos un frío penetrante, si no peor. De nada servirá ocultarnos hasta morir de frío, cuando dejemos el lugar, donde todavía hay unos pocos árboles y arbustos, cada uno ha de llevar un haz de leña, tan grande como le sea posible

-Bill podrá llevar un poco más -dijo Sam viendo al único caballo que habíamos llevado-

-Muy bien -dijo el mago- no encenderemos la leña

-No mientras no haya que elegir entre el fuego y la muerte -susurre-

Nos pusimos en marcha nuevamente con la noche oscura y el cielo nublado, a media noche llegamos a las faldas de las grandes montañas, el estrecho sendero bordeaba ahora una pared de acantilados a la izquierda, y sobre esa pared los flancos siniestros del Caradhras subían perdiendo se en la oscuridad