Capítulo 13 Estupidos Accidentes

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|Maratón 4/?|
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POV Aralin.

Al fin dejó de nevar. A medida que aumentaba, la luz iba descubriendo un mundo silencioso y amortajado. Desde la altura del refugio se veían abismos informes y jorobas y cúpulas blancas que ocultaban el camino por donde habíamos venido; pero unas grandes nubes, todavía pesadas, amenazando nieve, envolvían las cimas más altas. Gimli alzo los ojos y sacudió la cabeza.

-Caradhras nos ha perdonado -dijo- cuanto más pronto volvamos y descendamos, mejor será

Todos estuvimos de acuerdo pero la retirada era ahora difícil, quizá imposible. Sólo a unos pocos pasos de la ceniza de la hoguera, la capa de nieve era de varios pies, más alta que los hobbits; en algunos sitios el viento la había amontonado contra la pared.

-Si Gandalf fuera delante de nosotros con una llama quizá pudiera fundirnos el sendero -opino Legolas-

-Si los Elfos volaran por encima de las montañas podrían traernos el sol y salvarnos -contesto el mago- pero necesito materiales para trabajar, no puedo quemar nieve

-Bueno -dijo Boromir- cuando las cabezas no saben que hacer hay que recurrir a los cuerpos, como dicen en mi país, los más fuertes de nosotros tienen que buscar un camino y llegar hasta donde la nieve comenzó a pesarnos, si llegamos a ese sitio quizá sería más fácil continuar -sugirió-

-¡Entonces vayamos allí, tú y yo! -dijo Aragorn-

-Iré con ustedes -dije-

-Esta vez no, te quedarás con los hobbits, es una orden -me dijo Aragorn y yo me senté otra vez-

Aragorn era sólo unos centímetro más altos que yo pero aún así el más alto de la Compañía, pero Boromir de mi tamaño, era más dormido y ancho de hombros así que fue adelante y Aragorn lo siguió, se alejaron lentamente.

Legolas los observó un rato con una sonrisa en los labios y luego se volvió a nosotros

-¿Los más fuertes tienen que buscar un camino, dijeron? Pero yo digo: que el labrador empujé el arado, pero elige una murrios para nadar; y para correr levemente sobre la hierba y las hojas, o sobre la nueve...un Elfo -Diciendo esto, Legolas salto ágilmente- Adiós, voy en busca del sol -le dijo a Gandalf- ¿Vienes, Aralin? -me observo con una sonrisa en los labios y yo asentí-

-No hagan cosas extrañas -dijo Gimli-

Legolas y yo corrimos pasando a los hombres que se esforzaban en la nieve, saludándolos con la mano los dejamos atrás, continuamos corriendo y desaparecimos detrás del saliente rocoso.

-Aún corres a mi paso -me dijo-

-Bueno vivir por mucho tiempo con los elfos hizo que los pies se volvieran igual de fuertes que los de los elfos -conteste y seguimos caminando en silencio-

-Aralin -dijo el elfo-

-¿Qué ocurre? -pregunte viéndolo-

-Esto -toco mi frente, justo por encima de mi ceja-

-¿Qué es? -pregunte imitando su acción-

Pasé mi mano por encima de donde él había puesto la suya y sentí un poco de sangre saliendo de esa parte

-Debe ser de la noche, cuando desperté y casi me caigo, otra vez -dije apenada-

-Torpe -regañó- tenemos que ponerte algo -dijo tocando de nuevo y yo hice una mueca-

Hizo que me sentara, mientras él cortaba un pedazo de la manga de su ropa y buscaba con que sostenerlo en mi frente, agarro un poco de nieve y me la puso en la frente para después poner el pedazo de tela y sujetarlo con algo que había encontrado. Cuando Legolas término de curarme, trate de levantarme del suelo para regresar con los demás pero resbalé y Legolas en un intento de detenerme cayó conmigo encima de él.

-Perdón -dije sintiéndome incómoda de estar en esa posición-

-Esta bien -dijo viéndome, trate de levantarme pero por alguna razón me quede perdida en sus ojos azules y nos acercamos-

-Yo...tengo que levantarme -susurre-

Nuestros labios estaban demasiado cerca, Legolas puso una de sus manos en mi cara, acariciando mi mejilla mientras con la otra mano tocaba mi espalda, nos acercamos lentamente y...a lo lejos, escuchamos los gritos de Aragorn y Boromir así que y nos paramos rápidamente para ir a donde estaban y mientras corríamos, mi corazón se sentía acelerado, el calor subía a mi mejillas haciendo que mi respiración fuera rápida e inestable y sentí cosquillas en mi estómago, cintura y todas aquellas partes que Legolas había tocado mientras estábamos en el suelo.

<<Estúpidos Accidentes>> pensé mientras corríamos

Amor Oculto (Legolas y Aralin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora