R. O. T. B. A. S. |4|

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Después de la llamada, Qi Ziyue regresó, pero llevaría algo de tiempo terminar la transferencia del dinero.

Se puede decir que la reunión de hoy les costó mil millones de yuanes, lo que supera las expectativas de Gu Ning; aunque es solo uno de cada cuatro o uno de cada cinco para la familia Tang con decenas de miles de millones de riqueza, es suficiente para dañar el ánimo de la familia Tang.

Él perdió mil millones de yuanes, naturalmente, Tang Bingsen ya no estaba de humor para jugar, entonces se despidió los demás y se fue.

Como socio y amante de Tang Bingsen, Tian Feifei, naturalmente, se fue con él.

-Jefe, te ves muy disgustado. ¿Estás de mal humor? —Tian Feifei preguntó con preocupación, pero no preguntó por qué. 

Como persona experimentada, sabía qué decir y qué no decir.

-Bien —dijo Tang Bingsen, pero no dijo mucho.

-Todavía es temprano. ¿Quieres ir a un lugar para una sesión relajante? —Tian Feifei preguntó. 

La llamada sesión no era simplemente sentarse, sino hacerlo.

Muchas veces, Tang Bingsen acudió a ella para desahogarse debido a algunas cosas desagradables, después de una sesión con ella, estaría mucho mejor.

Como un hombre con orgullo, Tang Bingsen naturalmente quería complacer a algunas personas; incluso si ella lo rechazaba y lo veía desagradable en su corazón, para evitar que otros hombres lo mirasen mal, no pudo rechazar su propuesta en público.

Por parte de ella, él era un maestro de oro, sería difícil buscar otro maestro que sea tan generoso como Tang Bingsen.

Después de alejarse, él por fin habló.

-No tengo ánimo hoy —se negó Tang Bingsen. 

Realmente no tenía humor hoy.

Tang Bingsen no estaba de humor, por lo que, naturalmente, ella no diría más. 

En cambio, como él no estaba de buen humor, no quería enojarlo para que él se deshiciera de ella, ¡realmente no quería quedarse sin su dinero! Sería algo muy trágico.

Lugo pensó en su agente, quien podía satisfacerla. 

Él la tenía grueso y grande, y era duradero en la acción. 

Pensando en eso, Tian Feifei se sintió animada; ella planeaba ir a su agente después de que se separe de Tang Bingsen.

Cinco minutos después, Gu Ning recibió una llamada de K, diciendo que el dinero había llegado.

Aunque K sabía que ella ganaría mucho dinero, no sabía que ganaría tanto dinero.

Cuando vio una suma tan grande de dinero, se sorprendió y dudó si estaba alucinando. 

Después de varias veces, estuvo seguro.

-Jefa, ¿Qué has hecho? De repente recibí una gran suma de dinero —preguntó K sorprendido.

-Gané un juego —dijo Gu Ning en voz baja. 

Parece que no es gran cosa, pero K respiró hondo. ¿No era eso una respuesta superficial?

-Jefa, ¡qué poderosa eres!

Gu Ning continúa: 

-Este dinero se le das al hermano mayor Chen como dinero público.

-Bien —respondió K.

Debido al ruido allí, K sabía que Gu Ning estaba ocupada, así que no la retrasó más, por lo que colgó.