Capítulo 07: Nada que decir.

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     Ji Ho escuchó atentamente, yo sonreía, como en la sala de la universidad, pero esta vez me saltaron las lágrimas. Él me miró asustado.

     -Lo siento, perdóname, no quería asustarte.

     -No te preocupes, lo mejor será que me vaya -dije levantandome acercándome a la puerta.

     Abrió la boca para decir algo, pero bajó la cabeza y se quedó sentado dándome la espalda. El sonido del pomo girando fue uno de los sonidos más amargos que he escuchado. Entré en mi apartamento y fui a la cocina. Eran más de las ocho y las lágrimas no se detenían. Me froté fuerte los ojos y suspiré. Saqué embutido de la nevera y me hice un sandwich para cenar. Bebí un vaso de agua y me acurruqué en el sofá mientras veía una de esas películas románticas de las nueve de la noche. Cuando terminó me fui a la cama. Me quedé mirando la pared, detrás supuse que estaba Ji Ho. Toqué la pared y apoyé la cabeza. Serían unos días largos.

     Al día siguiente no salí de casa, aunque escuché cómo la puerta de Ji Ho se abría y se cerraba constantemente. Agh... Cogí mi teléfono y marqué un número. Llamé a Il Li para decirle que sería la voz del estribillo de la canción, no se notaba muy emocionada pero sí estaba  feliz. Una vez llegado el Lunes decidí salir media hora antes para no tener que encontrarme a Ji Ho. Por desgracia él estaba ahí.

     -Buenos días.

     -Buenas... -dije forzando una sonrisa.

     -¿Quieres que te lleve? -yo asentí y continuó- Primero tenemos que hacer una parada.

     Nos subimos a su coche y como aún teníamos tiempo no me preocupé mucho por la hora. Ji Ho puso la radio, una cadena sobre noticias. No hablamos nada durante el trayecto, pero sí que le dedicaba miradas para ver cómo se enfabada respecto a las noticias que escuchaba. Dejó el coche frente a un edificio y me invitó a bajar si quería, a lo que yo acepté. Dentro había hombres en traje caminando de un lado al otro, Ji Ho se integraba bastante bien ahí. Subimos un par de pisos y Ji Ho entró en una de las habitaciones, la más alejada. Allí había un hombre de nuestra edad aproximadamente, tenía el pelo negro y engominado hacia atrás dejándolo un poco en punta. Sonrió de forma agradable mirando a Ji Ho, el cual le devolvió la sonrisa, y se levantó de su asiento para darle un abrazo.

     -Hacía tiempo que no te veía por aquí, ¿y quién es tu amiga? Es muy guapa -yo sonreí no muy convencida e hice una leve reverencia.

     -Es una compañera de la universidad,  Ha Neul -me impresionó que se siguiera acordando de mi nombre. Él hizo una nueva reverencia y me sonrió, siendo interrumpido por Ji Ho antes de poder hablar-. Oye Kyung, he venido a por los papeles que te pedí.

     -Tan irritante como siempre -le miró de mala gana y se acercó al escritorio, abrió un cajón y sacó una carpeta que parecía pesada.

     -A veces yo también pienso que es irritante -dije sacando la lengua cuando Ji Ho se giró a mirarme con cierta cara de incredulidad. Kyung se rió y me puso una mano en el hombro.

     -Creo que tú y yo vamos a ser grandes amigos... ¿Qué dices que estudias?

     Ji Ho fingió de muy mala manera mirar el reloj, puesto que no llevaba ninguno puesto en su muñeca, y decir lo tarde que era para salir escopetados hacia la universidad. Nos despedimos de Kyung y pusimos rumbo al pequeño infierno escolar, llegando 15 minutos antes. Yo rodé los ojos cuando vi que aún faltaba un periodo de tiempo razonable para empezar las clases y salí del coche. No quise saber la razón por la que salimos de allí tan apresuradamente, pero me podía imaginar algunos motivos: no soy de empresariales sino de música, Kyung podría no saber el talento de Ji Ho para el rap y por ello él se avergonzase... Me fui directa al edificio de música. Ese día teníamos clase de baile urbano y vino un idol, aunque no sabía muy bien quien era, últimamente salían muchos grupos a la vez y yo no tenía tiempo de escucharlos, ni me importaba.

     -¿Estarás bien? -preguntó Yu Kwon mirándome con cara desafiante y burlona.

     -Aunque no lo parezca practico mucho...

     -Eso ya lo sé, tonta -me acarició la cabeza y me sonrió, alborotándome el pelo al final. Yo suspiré e intenté golpearlo en el estómago con un codazo, pero lo esquivó-. Siempre haces lo mismo, se te ve venir, Ha Neul.

     Esta vez acerté a darle con el puño en el hombro. No le di muy fuerte, pero tratándose de él, lo habrá sentido como una caricia. Era uno de los mejores bailarines, sobre todo en danza urbana. Cuando él bailaba, era como si solo estuviera él, se le notaba la sonrisa que inútilmente intentaba disimular. Mucha gente le tenía envidia, incluida yo, pero me alegrsba saber que yo era mejor en muchas otras cosas. Nos complementábamos muy bien.

     Durante la hora de comer me encontré con Il Li y le di la dirección de mi casa, ella accedió a ir sobre las nueve así que hasta esa hora debería esperarme. Como de costumbre Ji Ho no me hablaba en la universidad, y volví a casa en autobús. Me fui a tocar el piano, me relajaba, aunque en ese momento parecía de todo menos algo relajante. Ji Ho aún no había llegado a su casa e Il Li estaba apunto de llegar, así que empecé a preocuparme.

     -Ahora mismo no puedo hablar, te llamaré en cuanto termine -dijo a través del teléfono. Yo me enfadé y colgué sin decirle nada.

     Estaba enfadada por muchas cosas que habían pasado, mi pacífica vida estaba siendo corrompida por un sin cerebro y egoísta ricachón que me gustaba. Le estaba cogiendo cariño y con ellos mi odio hacia los estudiantes de empresariales se iba apaciguando.

     Il Li llegó puntual, la invité a entrar y a tomar café a lo que aceptó de buen agrado. Realmente era una chica preciosa que cantaba como los ángeles.

     -Quería hablarte sobre la canción. La hiciste de una forma maravillosa así que queremos que seas la voz del estribillo, aunque ya te lo había dicho antes -sonreí e Il Li me devolvió la sonrisa.

     -Será un placer, pero ¿cuándo voy a conocer a la persona que cantará el resto de la letra?

     Me recorrió un escalofrío. Ciertamente Il Li y Ji Ho podrían llevarse muy bien, la idea sola hacía que mi corazón quisiera llorar. Antes de responder, se escucharon pasos rápidos subiendo las escaleras que paraban delante de mi puerta. Ji Ho me llamó y yo fui a abrirle, aunque seguía enfadada y lo miré con mala cara. El me miró un poco extrañado y se autoinvitó a entrar. La cara de Il Li al verle fue como la de Ha Na, pero ella no sabía que él era el rapero de la canción.

     -No te preocupes Il Li, es solo el vecino.

     -¿Solo? Eso me ha dolido -expresó Ji Ho quitándose la chaqueta del traje y dejándola sobre una silla.

     Il Li le sonrió y yo le confesé a Ji Ho que la había llamado para la voz del estribillo. Ji Ho asintió muy calmadamente. Pensé que se lo tomaría  peor. Al cabo de una hora de acordar horarios para grabar, Il Li se fue y yo me quedé a solas con Ji Ho.

     -Es una buena chica, pero -siempre había un "pero"- ¿cuándo cambiaste de opinión tu sola y decidiste ignorarme?

     -¡El único que ignora a alguien eres tú! Ni siquiera me miras en la universidad, estoy harta, no pienso ayudarte después de esto -no quise decirlo, no era lo que pensaba, ¿por qué demonios lo he dicho?

     Ji Ho me miró furioso y se marchó, sin darme oportunidad a explicarme. Me senté en el sofá para pensar. Esta vez la había fastidiado pero bien.

Las dos caras del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora