No hicimos ningún comentario. Ji Ho y yo manteníamos en secreto lo que vimos, incluso de Kyung, pero juro que me moría por decirle a Sa Ra que, mientras dormía el día que Kyung se despertó tras el acidente, él la besó.
Argh, era tan difícil contenerse. Tampoco estaba segura de los sentimientos de Kyung, pero sentía que quería a Sa Ra de una forma u otra. Sa Ra le visitaba día sí y día también. Nosotros, al estar a punto de terminar la universidad, ibamos un día uno y un día otro, para que no se sintiera solo, o al menos para asegurarnos de que no era grosero con Sa Ra, al menos por mi parte. Pero me sorprendió su trato de amabilidad. Incluso me conmoví cuando le escuché decir "gracias" en una ocasión.
Las revisiones iban bien. Todo iba bastante bien, tanto que parecía irreal y frágil, como si en cualquier momento fuera a derrumbarse todo.
-¡Hey, Ha Neul! ¿Me estás escuchando? -dijo Ji Ho, sacándome de mis pensamientos.
-Claro, hablabas sobre tu proyecto de fin de año.
-Ya, eso te lo dije hace como media hora -se cruzó de brazos recostándose aún más en el sillón-. Te decía que me han invitado a una fiesta formal en la que se reunirán muchas empresas y que vas a venir conmigo.
Salté de mi asiento sorprendida. ¿Una fiesta formal? ¿Era muy importante? ¿Y si no estaba a la altura? Espera un momento...
-¿Por qué debería ir? Ni siquiera nuestros padres saben lo nuestro. Más que pareja, este año ha sido como compañeros que... -me ruboricé un poco- duermen juntos... -usé un eufemismo en vez de decir "hacen el amor". Ji Ho rio burlonamente.
-Por eso quiero que vengas. Te voy a presentar formalmente como mi novia.
-Alto ahí. Me daría mucha vergüenza, no pienso ir -negué seguido con la cabeza.
-Vas a ir, ya he dicho que tocarás el piano -vale, eso no me lo esperaba. Miré a otro lado mientras él continuaba-, así demostrarás tu talento ante todo el mundo y me sentiré el hombre más orgulloso del planeta escuchando las notas que toca la mujer que más maravillosa y que amo con locura.
Ji Ho en seguida se dio cuenta de lo que acababa de decir. Yo tampoco lo ignoré. Le dirigí una mirada sorprendida. ¿Acababa de decirme "Te amo" de manera indirecta? No tenía palabras, él tenía las mejillas coloradas y miraba el suelo. Parecía un niño pequeño y adorable y no se me ocurrió otra cosa que darle un beso en la frente. El alzó la cabeza y le revolví el pelo sonriéndole. Me levanté para ir al baño, necesitaba echarme agua fría en la cara, y la voz de Ji Ho me detuvo.
-¿No vas a decir nada?
Ignoré su pregunta y me metí al baño. Después de lavarme la cara decidí volver al salón. Ji Ho se veía adorable con la cara enojada, tumbado en el sofá agarrando el mando y haciendo zapping en la televisión. Me reí para mi misma y me tiré encima suya. Él se quejó y antes de que pudiera regañarme por tirarme de aquella manera le besé.
-Te quiero -dije. Ji Ho seguía con el rostro enfadado, pero parecía más relajado.
Estaba convencida de ello, sino, ¿por qué habría aguantado tanto tiempo con un tipo como él? Era tremendamente sexy, infinitamente atractivo, unas veces parecía un niño pequeño y le hacía ver adorable, otras actuaba como todo un hombre de negocios y, oh Dios, me encantaban los hombres con traje y chaqueta. Además de toda su perfecta apariencia, era tierno, dulce y cariñoso cuando estaba conmigo, y dedicado, trabajor y serio cuando trabajaba, tanto en la música cómo en la empresa de su padre.
Recosté mi cabeza en su pecho, y él carraspeó la garganta.
-Vas a ir a la fiesta, ¿de acuerdo? -odiaba cuando se ponía en tono autoritario.
-Vale... -dije de mala gana soltando un suspiro.
-Mañana iremos a comprar un vestido para la fiesta.
-Pero yo tengo cosas bonitas en el armario y-
-Iremos de compras. Quiero que luzcas como la más guapa del lugar.
Sonreí y le di un beso en la mejilla. Me levanté de golpe para ir a dormir, y me mareé, tuve que agarrarme al sillón para no caerme. Ji Ho se incorporó mirándome extrañado y preocupado.
-¿Estás bien, Ha Neul? ¿Te sientes mal?
-Es solo que me he mareado al levantarme. Voy a dormir.
-Vale, buenas noches... -se volvió a tumbar lentamente mientras observaba como me metía en la habitación.
Realmente me encontraba muy mal, el mareo seguía allí, hasta sentía ganas de vomitar. Di gracias por haber podido llegar a la habitación sin parecer una borracha andando.
El día siguiente no fue mucho mejor. Me levanté sin ganas de nada, era una de esas veces que no quería salir de casa, pero con un pequeño ánimo, Ji Ho tiró de mi para sacarme de allí. Hoy me tocaba ir a ver a Kyung. Aprovechando que iba al hospital pensé en pedirle al doctor unas pastillas para los mareos. Después de ver a Kyung, hablé fuera de la habitación con Sa Ra. Le conté cómo me sentía, y por eso iba a irme hoy antes para ver al doctor.
-Ha Neul, no te alarmes pero... ¿Cuándo fue tu último periodo?
Mis ojos se abrieron como platos. ¿Cuándo fue la última vez? ¿El mes pasado? Creo que no... Pero... Habiamos estado usando protección... Miré a Sa Ra con sorpresa, tapándo mi boca. Ella me miró con la misma expresión. Parecía que iba a gritar de alegría como una adolescente hormonada. Esta broma no me estaba haciendo gracia.
-¡Tienes que ir al ginecólogo en vez de al doctor!
Salí corriendo hacia el departamento de ginecología. La señora del mostrador me atendió de mala gana, pero me dio lo que parecía un boleto con un número y me senté a esperar. Odiaba esperar, y más con la preocupación que tenía encima. Además que la gente fuera tan lenta y el retraso que llevaba no ayudaba. ¿Y si... Estaba embaraza? ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo reaccionsría Ji Ho? Para terminar la universidad quedaba poco, así que eso era lo que menos me preocupaba. ¿Y mis padres? ¿Y los de Ji Ho? El mundo se me estaba viniendo encima. Una larga y extensa hora y media pasó cuando por fin me llamaron.
El ginecólogo fue más rápido de lo que creí, también influyó que le metiera prisa porque la intriga me estaba matando.
-Enhorabuena -oh oh...- Está de tres meses -el médico me sonrió, como si esperase esa respuesta.
No puede ser... ¿Tres meses? ¿Tanto? Empecé a temblar, quería llorar pero no lo haría. Lo que más me preocupaba era decirselo a Ji Ho... Fui a buscar a Sa Ra, la cual pillé en la máquina expendedora comprando un batido de chocolate. Antes de poder mediar palabra, me eché a sus brazos a llorar. Ella lo entendió todo y me abrazó con fuerza.
Ji Ho me pasó a recoger en su coche, entró primero a saludar a Kyung y de lo tarde que era la enfermera nos quiso echar, aunque casi le da pena echar a Ji Ho de allí. A mi casi me empujó a fuera de la habitación, y, sorprendentemente, Sa Ra me defendió.
-¡Eh, no la empujes a sí! Ella -se petrificó. Yl la miré con los ojos como platos haciendole señas de que no dijera nada, ella entendió enseguida- ella... Tiene... La espalda fatigada y le duele, así que sé más considerada... -suspiré aliviada, porque aunque Kyung la miraba extrañado, Ji Ho se rio y se lo creyó.
Camino a casa no hablamos mucho, yo intentaba pensar con calma pero no podía. Iba a tener un hijo. Puse las manos tapándome el rostro. Mi perfecto novio me miró preocupado, preguntando si era por el dolor de espalda. Yo solamente asentí.
No sabía cómo empezar, ni que decir. Lo que más miedo me daba era su reacción. Decidí contarselo después de la fiesta, porque si quisiera decirselo después de terminar con la universidad, ya se notaría bastante como para ocultarlo.
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Las dos caras del millonario
Hayran Kurgu¿Qué pasa cuando un día encuentras borracho al chico más guapo de toda la universidad y encima te confiesa su mayor deseo?