Le empujé temerosa. No es porque fuera un primer beso o algo así, de hecho el primero fue en la secundaria. Estaba confusa, ¿eso significaba que yo le gustaba?. Me levanté rápido del sofá. Me mareé y me volví a sentar bruscamente. «Que buena forma de empezar», pensé. Le miré extrañada. Eso nunca debió ocurrir. Nunca. Nunca. Nunca... Joder, ahora no paro de pensar en cosas que antes no me importaban, como ir vestida en pijama.
-¿Ji Ho te sientes mal? -tenía que mantener la compostura, aunque por dentro mi yo interior me gritaba "Bésale otra vez y declárale tu amor eterno". Mi querida mente orgullosa le dio una patada a esos pensamientos.
Ji Ho me miró extrañado, luego sonrió satisfactoriamente. Cuando hacía eso daban ganas de golpearlo tan fuerte como si quisieras que acabase en la otra punta del mundo, y lo hacía con más frecuencia de la que quisiera. Me llamó, por primera y en exclusiva vez, por mi nombre. Para cuando me di cuenta, tenía los ojos como platos y la boca abierta. Él me miró intentando no reirse de mi gesto y seguidamente sonreí.
-¿Cómo has dicho?
-Ha Neul... -le puse una mano en el hombro y le sonreí. La sorpresa del beso se me había pasado. Estaba feliz de subir a la categoría de "me acuerdo de tu nombre" depués de una semana.
-Oh sí -intervine yo-, ¿cómo llevas la letra?
-La... Letra... -seguramente él estaría pensando en que yo tenía problemas de bipolaridad, pero mi intención era no hacernos sentir incómodos (o al menos yo) y terminar el proyecto. Sacó unos folios de su mochila y me lo enseñó. Como sospechaba no se podían hacer muchas mejoras, pero hizo cambios que me sorprendieron: había citas de frases de libros de autores como Shakespeare o Petrarca, referidas a los sentimientos y también había añadido algunos versos referidos desde el punto de vista de ella. Yo le enseñé vergonzósamente los versos que había creado para el estribillo y la canción "plantilla" con los tonos ya puestos. A simple oido parecía una canción de karaoke y me sonaba gracioso. Ji Ho me miró encantado, asintió con aprobación y yo me sonrojé un poco por mi trabajo.
Los días pasaron largo y tendido. Por fin llegó el día de la audición. Se presentaron más de las que me esperaba. Les repartí la patitura con el estribillo a cada una y fueron pasando una a una a la sala insonorizada, donde las ibamos grabando para escuchar con deteniminto. Estar detrás del altavoz me hacía sentir importante, como si tuviese el poder, como la presidenta de un Entertaiment. Pronto bajé de mi nube cuando llevabamos más de 27 chicas escuchándolas decir la misma frase una y otra vez.
-No puedo más -dijo Ha Na dejándode caer sobre la mesa. Ji Ho no había venido, se suponía que su participación en la canción era un secreto, así que Ha Na y yo nos encargábamos de la audición.
-Un último esfuerzo, sólo quedan dos.
La penúltima chica entró en la sala temerosa y en cuanto sonó la música salió corriendo. Ha Na y yo nos miramos extrañadas antes de que ella dijera que solo nos quedaba una más. La siguiente chica parecía extranjera, pero según nos había dicho era coreana al cien por cien. Cantó el estribillo maravillosamente, Ha Na y yo nos quedámos mirándola como si fuera un milagro. Era la única que había puesto sentimiento y empatía a la hora de cantar. Ella se marchó y nos despedimos con la mano. Ha Na salió a buscar unos botellines de agua para estirar un poco las piernas y yo miré los datos que nos habían dado las participantes. «Il Li...»
Puse la canción base y entre en la sala insonorizada. Dejé que sonara 5 o 6 veces más hasta que me decidí a cantar. Puse mi alma y toda mi fuerza en el estribillo. Quería sentir lo mismo que había sentido Il Li cuando la estaba interpretando. Volví a cantar el estribillo, pero esta vez me centré en los sentimientos de los chica, su rabia, sus celos, su tristeza... Canté nuevamente y esbocé una sonrisa. Ella en el fondo no estaba tan triste porque al fin y al cabo su amor era correspondido.
Cuando terminé, Ha Na estaba sentada de nuevo frente al vidrio que separaba una sala de otra. Yo me sonrojé y salí deprisa. Ella me tendió una botella de agua y me miró entrecerrando los ojos.
-¿Estás segura de que no quieres participar en la audición? De todo lo que hemos escuchado hoy eres uno de lo mejorcito.
Yo reí y le golpeé en el hombro de manera suave. Ambas salimos con un pen drive lleno de voces diferentes numeradas. Llegamos a un punto de reunión, como siempre mi apartamento, y después de un tiempo llamaron al timbre. Cuando abrí vi un Ji Ho somnoliento y mimoso. Ha Na se sorprendió y antes de dejarle hablar le di el papel donde estaba escrita la letra del rap.
-¿Qué te parece? La ha escrito él -dije orgullosa.
Tras un rato leyendo la letra, Ha Na llegó a una conclusión.
-¡Quisiera odiaros pero no puedo!
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Las dos caras del millonario
Fiksi Penggemar¿Qué pasa cuando un día encuentras borracho al chico más guapo de toda la universidad y encima te confiesa su mayor deseo?