—¿Cómo qué antes de irte?— repito para intentar asumir la realidad.
La expresión de Nyna parece rendirse y sus ojos se vuelven de cristal. Mira al suelo para intentar que ese cristal no se rompa.
En aquella mirada no reconozco a mi amiga, una parte de ella había muerto.—Renna, pensé que era más fuerte y que lo podría superar pero en estos momentos siento que estoy sola y no tengo fuerzas para seguir.
Acelero mi paso hasta sus brazos para decir adiós a la única persona que realmente seguía a mi lado. Nuestras lágrimas se unen.
Intento sacar un lado positivo, por lo menos no le tendría que seguir ocultando lo que hacía con mi vida.
Vuelvo andando a casa y tras ponerme el pijama y hacerme un moño desordenado saco el teléfono de Sean del bolsillo.
Después de varios intentos fallidos por intentar averiguar el código de desbloqueo, saco la foto que Díaz me envió junto a su información al principio de esta misión. Agradecí que Sean tuviera un teléfono de última generación ya que pude acceder al teléfono poniendo la foto enfrente de la cámara.
Varias aplicaciones tapaban el fondo de pantalla en el cual Gloriana y él salían riendo frente a la torre Eiffel. Decidí que esta noche solo cotillearía así que mi dedo fue directo a galería.
Las fotos más recientes eran de prendas de ropa de la marca y fotos grupales junto a compañeros de trabajo, de hecho, en la más reciente aparecía yo en la última cena que tuvimos.
Deslizo hacia arriba pero solo encuentro fotos con Gloriana, personas desconocidas o selfies en los que hay que admitir que salía increíble.
Guardo el móvil en el cajón y me hago prisionera de mis sueños más profundos.
(...)
—Mamá, mamá el cartero me ha dado esta carta para ti.— grita Serena mientras corre hacia mi desde el jardín.
Me entrega el sobre blanco y busco el remitente de la misteriosa carta.
"Mikel Feler"
Todo el aire de la habitación huye ya que se me hace más que difícil respirar y Serena lo percibe.
—¿De quién es?
Vuelvo a evadir el momento de contarle todo sintiéndome más irresponsable que nunca.
Echo a Serena de la habitación y destrozo el sobre para leer el contenido de la carta."Hola, Renna.
Sé que ha pasado mucho tiempo..."
El papel empieza a mojarse después de que mis lágrimas cayeran desconsoladamente en el papel. Me niego a seguir leyendo a ese mentiroso así que sin pensarlo más, hago desaparecer la carta en mil pedazos y los tiro a la papelera.
(...)
Ya en el ascensor de las oficinas me encuentro con Calvin.
—El señor Ace quiere verla, de nuevo.— noto cierta envidia en su voz.—Pero no te acostumbres.
—¿Pero qué te pasa conmigo?— pregunto esperando que no sepa nada.
—No me creo ni una palabra tuya y haré entrar en razón a Sean.
Cuando las puertas se abren, Sean Ace nos mira atentamente y sonríe.
Sonrío de vuelta y después miro de reojo a Calvin.—Sierra vamos, tengo que hablar contigo.— posa su mano sobre mi espalda para acompañarme.—Ah, Calvin, búscame algún móvil de última generación que pueda comprar, he perdido el mío.
Como si supiera que el objeto estaba en el cajón de mi mesilla, Calvin clava su mirada en mi y yo sonrío.
—Se que llevas poco tiempo aquí y quizás te parezca inapropiado pero quería proponerte un viaje.— al ver mi cara de asombro y desconcierto decide aclarar mis dudas.— de negocios, claro.
Trato de hacerme la interesante pero era una obviedad que esto me ayudaría a avanzar bastante ya que comenzaba la segunda semana y sólo sabía el paradero de la caja.
—Claro, solo necesito saber los detalles para prepárame.
—Por supuesto, es un viaje a Viena, necesito reunirme con unos patrocinadores y varios empresarios, necesito que me acompañes ya que tú llevas los números y las ventas.— no prestaba mucha atención a sus palabras, estaba engatusada viendo como sus labios se movías dejando ver sus dientes iluminados.
—Genial, ¿cuándo saldremos?
—Mañana, y por cierto, Greedy también vendrá, debe hacer un par de fotos a una nueva colección que se está llevando a cabo allí.
Escuchar el nombre de mi amiga hace que me apetezca más la idea.
Seguimos charlando de un par de asuntos de trabajo hasta que por fin puedo salir del edificio.Llego a casa más contenta de lo normal y decido llevarme a Serena al parque para intentar recuperar el extenso tiempo que paso alejada de ella y así dejar descansar a mi madre.
Una vez sentadas en un banquito de madera frente a un parque a rebosar de niños felices.
Serena rebusca en el bolsillo del vaquero azul que lleva puesto. Tras unos segundo de incertidumbre, saca un papelito arrugado y medio roto y me lo entrega.Miro su cara y sus ojos me vigilan tristes.
Cuando veo las letras de aquel papel se me hiela la sangre."Dile a Serena que papá le echa de menos."
Mi mentira se desmorona enfrente de una niña pequeña.
Casi parecía que ella era la adulta y yo una cría.—¿Porqué dice eso? No va a volver, ¿verdad?
Mis lágrimas ganan a las suyas cayendo primero.
Siempre había tenido el temor de que no lo superara, de que Serena no pudiera soportar que su padre le abandonara pero, la que no lo había superado era yo. Seguía habiendo una astilla en mi corazón recordándome lo que hizo.No había podido leer aquella carta por culpa de mi furia y no podía saber que quería. Nunca lo sabré.
—Lo siento, no sabía como decírtelo. Papá nos abandonó hace años y no quería que pensaras que no te quería.
—Pero es la verdad, no se abandona a quien se quiere.— su lágrima acaba cayendo derrotada.
Con esta noticia Serena cambió. La pequeña Serena ya no estaba.
(...)
Me tomo un descanso de meter ropa en la maleta para seguir mirando el móvil de Sean.
Mientras tanto, Serena sigue en su cuarto encerrada sin querer dirigir la palabra a nadie.
Entro en mensajes y me meto en el primer chat, Gloriana.
Gloriana.
—Oye, no me parece bien que no me hayas consultado lo del viaje.
—Glori, sabes que es por trabajo.
—
Bostezo. Esta mujer es un muermo. Como alguien como Sean podía haberse enamorado de eso, en fin.
Mañana me iría de viaje para poder acercarme más a Sean y acabar con esta pesadilla de una vez.
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Obligada a él
RomanceRenna Noun, madre soltera con veintitrés años, una chica que casi sin darse cuenta, se mete en el sitio equivocado. "Haz que se enamoren y luego róbales el dinero" Aquella frase era fácil para ella, siempre lo ha sido, hasta que se encuentra con él...