How to survive a trip with your ex when you still love them

El viaje: Katsuki Bakugo

Día 2, 3:57 pm

No puedo creer que empecé a llorar delante de Dabi. Ni delante de mi padre suelto lágrimas y ahora lloro todo un manantial en público nada más por una estúpida hamburguesa. Al menos nos pusimos en una zona alejada de la muchedumbre.

Me seco las lágrimas con una servilleta, tratando de regular mi respiración, dignándome a detener mi carrera auto asignada.

-¿Kats? - escucho la voz de Dabi llamándome detrás mío pero a una distancia considerable.

-¿Qué? - trato de que mi voz no suene como si no me hubiera levantado repentinamente de donde estábamos sentados y empecé a correr a ninguna dirección mientras lloraba.

-¿Estás bien?

-Sí - digo - Estoy bien.

-Ok... - dijo Dabi. Hubo una pausa - ¿Fue por...? ¿Estás enojado por la comida? ¿Quieres comer otra cosa?

Suelto un suspiro cansado. No está ayudando a sentirme mejor. Si antes estaba triste por extrañar sus atenciones, ahora me está enojando por sus estúpidas preguntas. 

-No, la comida está bien - digo - Simplemente estoy molesto por ver a Yo.

-¿Por qué estarías molesto por eso? - pregunta Dabi genuinamente confundido. Aunque debo de admitir que es una buena pregunta.

-No por el hecho de ver a Yō. - digo haciendo un movimiento con mis manos para enfatizar mi punto aunque no tiene sentido porque Dabi no lo puede ver. - Estoy molesto porque no lo he visto.

-Lo viste hace dos días. 

Inhalo profundo con los ojos cerrados, ignorando el tono molesto de Dabi que dijo aquello y cuando me sentí listo, me di la media vuelta, encarándolo. A pesar de haber sonado algo molesto, su rostro gritaba lo preocupado que estaba por mí. Por un momento se me hizo extremadamente lindo, dándome ganas de estamparle un beso. Solo por un momento. Desvíe mi mirada para controlarme.

-Si, bueno, cuando estás enamorado, dos días sin tu pareja puede parecer una eternidad — empiezo a caminar a dirección en donde dejamos nuestras cosas, pasando de él.

-Espera — Dabi me agarra del brazo, deteniéndome — ¿Ahora me estás diciendo que estás enamorado de él? 

-Sí - digo, mirando directamente a los ojos de Dabi, mostrándole mi ceño fruncido — Y desde que tú te preocupas por tu novia, estoy sumamente seguro que sabes a lo que me refiero.

Si — dice, no muy seguro de si mismo, aflojando su agarre poco a poco hasta soltarme — Pero Kats, dudo que realmente estés enamorado de Shindō.

-Como sea — digo, levantando mi rostro, altaneramente — Realmente tú no me conoces. He cambiado.

No duramos mucho tiempo ahí y decidimos regresar al hotel en un silencioso acuerdo. Todo el camino de regreso estuve jugando un juego en mi celular que descargué por culpa de Denki y resultó ser casi terapéutico.

Estaba tan enfrascado en el juego que me asusto, al grado de tirar el celular al piso del taxi, cuando una llamada entrante es anunciada en mi pantalla. 

Levanto el aparato bajo la atenta mirada de Dabi y contesto sin molestarme ver quién llamaba.

-¿Sí?

-¡Bakubro! — me saluda Eijirō con su típica voz animada — Que bueno que contestas.

-¿Qué pasó? — pregunto más por cortesía que otra cosa.

-Bro, te tengo que decir algo que creo que es sumamente importante — dice Eijirō con una voz algo seria pero arrastrada las palabras seguido de un par de gritos de emoción de varias personas y sonido muy alto que se distorsionó por el micrófono del celular de Eijirō. ¿A caso estaba borracho? ¿Está en una fiesta? ¿Qué está pasando?. Tenía mil preguntas que hacerle.