Kyle temió por la vida de su viejo amigo cuando Marco tomo la escopeta, una vieja arma que tenía arrumbada por ahí y que justo hoy estuvo cerca del alcance de Marco.
— Lo voy a matar.
— ¡Marco no!
— ¡Que mejor corra, hoy se muere el desgraciado!
— Marco, por favor piensa lo que estas apunto de hacer.
— ¡Déjame en paz Kyle o también te toca a ti!
Kyle trago saliva asustado, Marco le apuntaba, sabia por parte de la abuela de Marco que esa escopeta estaba cargada y que Marco tenía muy buen tiro, para su maldita desgracia.
— Marco, espera, piensa, si haces algo como matar a Hiro vas a ir a la cárcel y dejaras solo a Miguel.
Estaban cerca de la puerta y cerca de que a él le diera un paro cardiaco.
— No me importa.
— Totalmente solo, con muchas horribles personas que se desean aprovecharse de él, piénsalo.
Marco se detuvo y miro el arma, pensaba en los pros y contras de esa opción, aunque el timbre había dejado de sonar ahora eran los gritos de Hiro, de no ser por la música de su vecina se escucharían hasta la habitación de Miguel.
— La música...
— ¿Qué?
Kyle vio como Marco lanzaba el arma sin ningún cuidado y solo actuó a cubrirse para prevenir un futuro daño, pero para su suerte no se activó.
— ¡Marco, eso fue muy irresponsable de tu parte!
Kyle corrió a la misma dirección de Marco, escaleras arriba, pero el grito de Marco y la vecina le aturdieron.
— ¡CHULA!
— ¡MARCO!
— Preciosa, necesito una canción. ¿Me puedes ayudar?
— ¡Claro, tu di el nombre y yo te la pongo!
— Rata inmunda.
— Uy, alguien esta intenso hoy, pero como me gusta verte mentársela a todos yo te la pongo.
Kyle miraba sorprendido como aun atraves de la música con volumen tan alto se podían entender, Marco silbo en señal de que ya estaba preparado y Kyle se preguntó de donde saco esa guitarra, hasta donde tenia entendido era de Miguel.
— ¡Te lo encargo güerita!
— ¡Lo que quieras Marco, ya sabes!
Cuando esas palabras terminaron y la canción se empezó a reproducir Marco volvió a correr, ahora, escaleras para bajo ahí te va Kyle. Este miro con asco la puerta a la habitación de Miguel que seguía hecha un desastre, él no iba a limpiar eso.
— ¡Miguel por favor sal! — Hiro miro con ilusión a la puerta, se veía la figura del moreno, aunque cualquier rastro de felicidad volvió a escapar de su rostro cuando quien le recibió fue Marco cantando. — Marco.
— Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho.
Marco empezó con una sonrisa su canción, pero como avanzaba se deformaba en una expresión de asco y resentimiento.
— ¿Dónde esta Miguel?
— Infrahumano, espectro del infierno, maldita sabandija. ¿Cuánto daño has hecho?
— Deja de molestar Marco, necesito ver a Miguel, ya fue suficiente de su berrinche, tiene que volver a casa.
Marco se reservó los golpes que deseaba dárselos, le haría caso a Kyle por una vez en su vida.
— Alimaña, culebra ponzoñosa, deshecho de la vida. Te odio y te desprecio.
— El sentimiento es mutuo.
— Hiro.
— Rata de dos patas, te estoy hablando a ti. Porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito comparado contigo, se queda muy chiquito.
— ¿Qué? Tu estúpido novio empezó.
— ¡Me estás oyendo inútil!
— Marco...
— ¡MIGUEL!
Grito con emoción Hiro, cuando el menor se logro ver atraves de las escaleras, intento entrar a la fuerza a la casa, asustando a Miguel, la única solución fue correr a encerarse a su habitación mientras Kyle impedía que el pelinegro entrara.
— No puedes pasar amigo.
— Kyle, quítate, debo ir por Miguel.
— Hiena del infierno. Cuánto te odio y te desprecio.
Termino su canción lanzándole la guitarra a Hiro, no le importaba si se dañaba, su hermano estaba llorando inconsolable y todo por su culpa.
— ¡Oye!
— Pudrete en el infierno Hamada.
Le cerró la puerta en la cara y camino, esperaba que su hermano le dejara entrar a su habitación.
— Maldición Marco.
Hiro lanzo sin cuidado aquel instrumento, pero cuando noto que se había dañado fue demasiado tarde, había lanzado la primera guitarra que él le había comprado a Miguel, su primer regalo como novios.
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Amor en el 20.
FanfictionYo igual necesito otro entretenimiento. Van a ser pequeños cortos de nuestra querida pareja HIGUEL. La imagen de portada pertenece a su autor, todos los derechos a quien corresponda.