Aquélla chica de cabellos negros alborotados miraba al ser del infierno con fascinación, relamió sus delgados labios, seco el exceso de sudor de sus manos entre sus ropas y saco una pequeña libreta y dejó una grabadora cerca de ella y aquél ser.
— Entonces, ¿Puedo hacerte unas preguntas?
— La respuesta fue sí, ¿Por qué piensas que va a cambiar el resultado si lo preguntas otra vez?
— Lo siento, los nervios.
"Cabellos negros, ojos totalmente oscuros, no posee una cola como podríamos creer, posee solo un cuerno, sus colmillos son similares a los de un canino y no parece que le hagan dañó".
— ¿Qué?
Pregunto el demonio y yo contuvo un grito que nacía en mi garganta.
— Nada, empezamos. ¿El cielo es real?
— Es tal real como lo es el infierno.
Distinguí una ligera mueca en su rostro, parecía que algo le había incomodado.
— ¿Quiénes irán al cielo?
El demonio hizo una expresión de fastidio ante esa pregunta, logrando crearme un poco de incomodidad, ¿pregunte algo malo o muy estúpido? Podría ser.
— Al cielo puede ir todo aquel que ella desee tener ahí.
— ¿Ella?
— Si.
—¿Dios es mujer?
— Niña, me cuestiono si sufres de alguna de tus capacidades.
— Lo siento, seguimos. ¿Le temes a Dios?
Aquel ser del infierno me miro incrédulo, logrando que mi nerviosismo empezara a crecer, mis palabras eran difíciles de entender, mi único propósito en ese momento era explicarle mis intenciones, no deseaba hacerlo enojar, aunque me sorprendió verlo lanzar un suspiro, creo que el trabalenguas que salía de mis labios lo había aburrido.
— Preguntas algunas cosas estúpidas, pero esta bien. Cuando Dios nos creo elimino nuestra capacidad para sentir miedo, bueno, elimino muchas cosas.
— ¿Qué es lo que puedes sentir?
Pregunte con interés, la entrevista quizá me pueda terminar matando, pero era mas grande la curiosidad que el miedo, no me importaba que mi cuerpo empezara a perder calor o color, no importaba que mi vida estuviera siendo drenada, tenia que cumplir el objetivo de llevar esta información y darla a conocer a todo el mundo.
— Originalmente solo dolor, aunque algunos descubrimos que podemos sentir mas cosas.
— ¿Qué tipo de cosas?
El demonio sonrió burlón.
— Amor y odio.
— ¿Los demonios se pueden enamorar?
— Si, al igual que los ángeles.
— ¿De quienes se enamoran? ¿De nosotros los humanos?
El demonio soltó una risa, algo demasiado tétrico que no podría jamás explicar.
— No niego que pueda a ver algunos ángeles o demonios capaces de enamorarse de un humano, pero es poco común, lo humanos tiene vidas demasiado cortas y nosotros somos demasiado posesivos, mucho más los ángeles, serian capaces de no dejar descansar jamás al pobre infeliz que amaron, una condena eterna por enamorar tanto a un ángel o un demonio.
— ¿Entonces de quienes se enamoran?
— De nuestro contrario, aunque un acto tan desagradable para ella es castigado con la purificación. También mandaran a matar al hijo de tal pecado.
— ¿Ustedes pueden tener hijos?
— Tu tiempo se acaba niña.
Mire mis manos comprobando que comenzaban a tonarse de un color enfermizo, una mezcla del posible morado o azul, posiblemente todo mi cuerpo este así y aun así no siento dolor.
— ¿Podrías hablarme mas sobre la pregunta del cielo que te hice hace un momento?
— El cielo esta abierto para todas las criaturas que esa loca creo, no hay excepciones.
— Entonces tu igual puedes entrar al cielo, porque eres una criatura de Dios.
— Podría.
— ¿Por que no lo haces? ¿Tanto la odias?
— Porque nosotros los demonios cometimos el pecado mas ofensivo, hicimos lo que solo ella puede, nosotros hicimos lo que solo Dios "nuestra madre" podía hacer. Y yo cometí pecado tras pecado para ella.
— No comprendo, ¿Qué hicieron?
Mientras el sonreía, yo tuve que cerrar mis ojos un momento , por algún motivo comencé a sentirme mal, posiblemente estaba mas cerca de mi limite.
— Nosotros los demonios hicimos la creación, creamos nuestros propios ángeles, los creamos a nuestra imagen y semejanza, así que la culpa recae totalmente en nosotros. Nuestros ángeles están hechos para crear sufrimiento y destrucción, por lo cual la desgraciada de Dios dictamino que sus almas sean confinadas al infierno por toda la eternidad.
— ¿Quiénes son sus ángeles? — El demonio sonrió con superioridad.
— Por ese motivo los demonios no van al cielo, sin nosotros ellos estarán sufriendo. Por ese motivo se decidió que el infierno seria nuestro cielo y nosotros nos quedaríamos a sufrir a su lado.
— ¿Por que hacer tal sacrificio?
— Nuestros ángeles son mas cercanos que un hijo. Aunque yo tampoco podría irme sin mi hija.
— Muchas gracias, el mundo estará eufórico cuando les de esta noticia, el cielo existe y tenemos la oportunidad de ir ahí.
— Pero tu no podrás, de hecho ninguno de ellos puede hacerlo.
Mi voz tembló, no sabia el motivo, podía ser el malestar o lo que había dicho.
— Pero eso no fue lo que dijiste.
— Se lo que dije.
El demonio pelinegro se levanto y con un paso lento se acerco a mi, tomando mi mentón, con una mirada entre la nostalgia y la infinita tristeza me hablo.
— No entiendo.
Las lagrimas escapaban de mis ojos sin control.
— A diferencia de los animales y las plantas de este mundo, los humanos no fueron creados por ella, por Dios, son creación de nosotros y tu, tu mera existencia es un pecado sobre pecado, tu eres el fruto de mi amor y el de un ángel de Dios, tu eres mi hija y de Miguel.
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Amor en el 20.
FanfictionYo igual necesito otro entretenimiento. Van a ser pequeños cortos de nuestra querida pareja HIGUEL. La imagen de portada pertenece a su autor, todos los derechos a quien corresponda.