Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]

Capítulo 20

— ¿Puedo pasar?

El agua caía como si se hubiera entrado a bañar con la ropa puesta, no podía ver sus ojos porque estaba con la cabeza gacha y se veía tan frágil que temía que en cualquier momento se fuera derrumbar frente suyo.

Shinsou no sabe si se quedó viendo a Kaminari más del tiempo del necesario o no, antes de correrse y dejarlo pasar al departamento.

—Espera ahí —indico, apoyando una mano sobre su hombro, sobre la tela mojada que incluso hizo ruido al tacto —Te traeré una toalla.

Había planeado irse ese fin de semana de visita a su hogar pero el viejo auto de su padre no se llevaba bien con los días de tormenta y su padre con los ojos oscuros le había dicho que no se le ocurriera sacar esa cosa solo para ir a verlos. Incluso Eri le pidio que se quedará en la seguridad de su departamento y Hitoshi no pudo estar más contento de haberlos escuchado.

¿Que habría hecho Denki de no haber estado él en el lugar?

El ruido de la tormenta se oía con claridad mezclado con el televisor viejo que tenía en la sala y sus propios pasos, volvió frente al rubio con un par de toallas. Le puso una sobre la cabeza y otra sobre los hombros. Le susurro que se sacará los zapatos mojados antes de ir hasta el sillón y aunque no estuvo seguro que lo escuchará al inicio, termino por hacerlo.

Tenía ganas de sacarle el cabello, decirle que le daría ropa u ofrecerle que se fuera a bañar con el agua caliente, por un largo rato. Pero las palabras no le salían, no sabía como tratar la situación y recordar las palabras venenosas de Monoma no le ayudaba.

Kaminari Denki se acuesta con todos.

¿Acaso había tenido una mala noche? ¿Y había recurrido a él por algún motivo oculto, a desquitar sus penas?

Shinsou meneo la cabeza, una, dos y tres veces para ignorar el sentimiento. Él no era tan especial como para considerar eso.

Pero tampoco era tan estúpido como para creer que Kaminari había ido con él sin una razón.

Habían quedado en ser amigos pero hasta ese momento, sinceramente, no habían interactuado demasiado. Un par de saludos amistosos en la universidad —se había vuelto experto en ignorar los susurros mal intencionados— y unas cuantas charlas banales antes del cambio de clases, nada más ni nada menos. No eran lo suficientemente cercanos ni lo bastante ajenos el uno con el otro.

Y el de ojos purpura nunca se había considerado alguien que pudiera sentir una gran empatía por otra persona.

Pero estaba sumamente preocupado y angustiado cuando guiaba al rubio —que tenía una toalla encima de la cabeza y otra sobre los hombros— hasta su sillón y le hizo sentar. Le pareció percibir un leve olor a cerveza en él cuando lo hizo pero eligió no preguntar por ello.

— ¿Quieres un vaso con agua? ¿O café? —trato de ofrecerle Hitoshi.

Denki negó con la cabeza, las manos le temblaba mientras sacudía la toalla que había en sus rubios cabellos y para su sorpresa, se quedó en silencio.

El dueño del departamento no sabía qué hacer ni como proceder. Fue a sentarse a una silla que había junto al sillón y apagó la televisión, dejando únicamente el ruido de la lluvia se pasara por el lugar. Hacía frío y el aire olía a tierra mojada, mezclado con el olor que traía el rubio vaya a saber él de que bar.

Estaba por querer hacerle otra pregunta pero cuando el menor se estremecio y ahogó un quejido, todos sus sentidos se pusieron en alerta.

Kaminari estaba llorando, con la toalla sobre su cabello para que no le viera y los temblores que había atribuido al frío en realidad se debían que estaba conteniendo el llanto.