Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]

Capítulo 10

Puto.

Zorra.

Homo promiscuo.

Marica.

Kaminari leía mensaje, tras mensaje, tras mensaje. Resoplaba y movía sus pies en el escritorio, su pulgar se deslizaba por la pantalla de su celular con un débil temblor que ignoraba agrede.

—Cambia el número —bufo Chisaki sin despegar la vista de su papeleo.

El rubio apagó la pantalla y puso su celular bajo su barbilla, emitiendo un suspiro. La oficina de su profesor —en la cual había estado por razones académicas y otras no tanto— estaba en un lugar muy aislado del edificio de la universidad, detrás de los laboratorios usados por los estudiantes de química y muy pocos habían estado ahí.

No tenía muchos muebles, aparte del escritorio de caoba negro donde estaba sentado él y el sillón de cuero negro donde estaba el mayor, con papeles de en su regazo y una laptop. En un inicio cuando llego a la oficina, creyó que lo sacaría al ya no mantener una relación sexual pero el pelinegro no había dicho nada respecto a su presencia hasta ahora.

A Denki no le hubiera molestado seguir en silencio.

—Hablo en serio Kaminari —siguió el mayor aunque no lo estaba viendo directamente —Cambia de número.

El rubio hizo un puchero, pateo suavemente el escritorio y miro su celular como lo estaba haciendo desde hace un rato, con una mueca de puro agotamiento.

—Sería...—se mordió los labios sin saber muy bien como decirlo —Como probarles algo sí lo hago.

Kei dejo el papeleo de lado, dio un suspiro y giro su cuerpo hacia él. Vestía de negro siendo lo único que resaltaba una corbata morada. Se veía atractivo, sensual y maduro. Sus ojos de un tono muy parecido al suyo lo analizaban como tantas otras veces lo habían hecho.

Pero sabía que no pasaría nada. Él lo había decidió así y el mayor respetaba su decisión. La molesta tensión sensual que había entre ellos se iría en cualquier momento.

— ¿Y que sería ese algo con exactitud? —cuestiono entrelazando las manos sobre su regazo.

—No sé —se encogió de hombros el rubio —Pero simplemente no quiero hacerlo. Borraré los mensajes y los bloqueare, eso debería...bastar.

—No estás diciendo nada a cambiar el número —busco esclarecer el mayor —Nada excepto que no quieres que unos malditos con demasiado tiempo libre te jodan la existencia.

Kaminari sonrió, esa forma de decir las cosas —con malas palabras que muy pocas veces usaba— demostraba que Chisaki estaba preocupado por él y lo valoraba, aún sino quería pedir su ayuda.

Por eso y más razones, esa oficina era un lugar seguro para él. La universidad podía ser un lugar grandioso, donde conocía mucha gente que le caía bien y viceversa pero amigos...no tenía. No verdaderos. Podía estar entre clases y hablar con los chicos o chicas que cursaban con él, bromear, coquetear, jugar. Era entretenido pero no era lo mismo que hablar con Bakugou o Jiro e incluso Utushime, porque ellos sí conocían al verdadero Kaminari. A el chico que le gustaba ver un maratón de películas sin tener nada más que hacer, que leía los libros de sus películas favoritas en las tardes de lluvia y a veces, andaba melancólico solo porque de ese humor se había despertado ese día.

O ese día, donde con esos mensajes, su humor no era el más alegre de todos.

Sus compañeros de universidad no le entenderían, preguntarían dónde estaba el "payaso" y el "chico sonrisas", el bromista que no le importaba nada más que hacer reír al resto. Por eso había ido a la oficina, esperando que Chisaki no le sacará a la primera para poder deprimirse sin sentirse acosado.