Si estoy contigo.

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No era una pelea, porque simplemente no lo era.

Todoroki se negaba a creer que estaba en una pelea con Bakugou. Y que para rematar era todo su culpa.

—Todoroki-san, no quiero ser quien lo diga pero...—inicio Yaoyorazou.

—Te lo dijimos —interrumpió Uraraka molesta —Te lo dijo Momo-chan, Izuku, Tenya-kun y yo, ¡hasta Kirishima-kun te lo advirtió!

Midoriya tomo la mano de su pareja quien estaba bastante molesta con el bicolor y le dio un suave apretón para que mantuviera la calma. Sabía que su amigo ya se estaba culpando bastante como para echarle más sal a su herida.

—No era eso lo quería decir, Uraraka-san —suspiro Momo aunque entendía el enojo de la femenina —Quería decirle a Todoroki-san que, bueno, —señalo detrás suyo —Kirishima-san y Kaminari-san están aquí.

—No parecen estar de buen humor —murmuro el de pecas.

—Iré a hablar con ellos —se ofreció Iida poniéndose de pie —No quiero que armen una locura en un lugar público.

¿Cómo habían llegado hasta ese punto? Eso se preguntaba Shoto mientras frotaba como desquiciado su cuello que seguía con la mancha de un labial rojo y trataba por enésima vez de que su novio le respondería algún mensaje.

Fui un completo idiota.

Para hacer una síntesis de lo sucedido, todo el embrollo inicio con su residencia en el hospital de su padre. Sí, de todos los hospitales al final Shoto eligió trabajar para el de su padre. Por una razón de beneficios, claro estaba. Tenía libres los días que él quería y vacaciones aseguradas, nada que ver con que Enji se hubiera puesto feliz por la sugerencia.

En fin, su residencia inicio normalmente. Trabajaba ocho horas en la guardia y atendía a pequeños niños que venían con madres y padres asustados por lo que había sucedido. Mayormente eran heridas menores que se solucionaba con un par de puntos y en otras ocasiones tuvo que operar de urgencia lo que hizo que fuera adquiriendo la experiencia que necesitaba. Pero el problema llego cuando una enfermera de su edad, también nueva y novata en el hospital, empezó a fijarse en él.

Y fue muy, muy insistente con ser correspondida. A tal punto que Todoroki se sentía incómodo cuando le tocaba trabajar con ellas. Por más que la rechazara con frialdad e indiferencia, la joven enfermera seguía insistiendo en salir a tomar un café o ir a ver una película. No entendía que no quería nada con ella.

Shoto no sabía como lidiar con ella y debido a que no quería preocupar a Katsuki —quien estaba también de residente en otro hospital y era completamente ajeno al tema— le comento el problema a su mejor amiga, Momo y a Izuku, quienes recurrieron al resto para darle apoyo. En un punto la información se filtro tanto que un molesto Eijirou llego al hospital diciendo que más le valía a el bicolor que su mejor amigo no saliera herido por una tontería suya.

Fallo miserablemente en eso.

Mientras escuchaba las voces molestas de el pelirrojo y el rubio en la cafetería del hospital y observaba las muecas preocupadas del pecoso y la azabache, se puso a recordar como ocurrió todo ese fatídico día.

Bakugou le miraba de costado, parecía preocupado y también cansado. Las ojeras se marcaban en su rostro y lo noto más pálido de lo habitual, sin embargo, estaba demasiado ocupado pensando en que atajos tomaría ese día para no encontrarse con su compañera de trabajo.

—Hey, helado de fresa —sintió una sacudida en su hombro —Ya llegamos.

— ¿Eh? Oh, sí. Es cierto —volteo para ver al cenizo y le sonrió —Gracias otra vez por traerme.

Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora