Capítulo 3

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Tenía muchas ganas de sacar su teléfono y marcar a la policía pero su casero negaba con la cabeza en gesto fastidiado.

—Vas a vivir juntos a ellos —hablo en tono cansado —Así que deberás acostumbrarte.

Shinsou abrió y cerro la boca sin saber muy bien como tomarse aquello ¿Debía esperar que todas las noches sus vecinos pelearán a altas horas de la noche, como si estuvieran metidos en un bar?

Sorahiko pareció leer su expresión porque se rió en un murmullo y le dio un golpe amistoso con su bastón.

—Son buenos chicos —aclaró mientras le seguía guiando por el pasillo —Escandalosos pero buenos.

Cuando un grito bastante potente —que sonaba a algo parecido como "¡Vete a la mierda!"— le hizo por poco tirar sus cosas al piso, estuvo por cuestionar realmente si su casero hablaba en serio o estaba sordo. Por el suspiro que dio supuso que no había tratado de mentirle.

— ¿Estudias informática, chico? —trato de sacarle conversación, al mismo tiempo que ponía las llaves en la puerta de su nuevo hogar —No hay conexión wifi pero supongo que no tendrás problemas para instalarla, ¿verdad? —se volteó y le puso las llaves en su mano —La basura se deja en un cuarto al final del pasillo y debes dejarla antes de la medianoche. No están prohibidas las fiestas pero sí tienes animales debes hacérmelo saber. En caso de que uno se pierda, como los gatos. Esos mininos se la pasan saltando en los balcones.

El de ojos morado asintió a las instrucciones dadas por el mayor y vio como cerro la puerta, dejándolo en la oscuridad de su departamento. La única luz que había era la que se filtraba por su balcón y era únicamente porque estaba a la altura de los postes de luz de la calle.

Shinsou suspiro y dejo su caja —una de varias— en el piso, el lugar se veía bien. Estaba limpio y bien cuidado aunque como era de esperarse se encontraba completamente vacío. Tenía una pequeña sala que estaba separada de la cocina únicamente por una pared, un balcón que no pasaba de los cuatros metros por dos metros y un pasillo escondido dónde había dos puertas, las cuales suponía daban con el baño y su habitación.

Los gritos del apartamento de al lado habían parado hacia unos segundos. Había podido distinguir que tenía por vecinos a dos chicos, uno tenía una voz grave y rasposa mientras que el otro tenía una más bien chillona. Estaba casi seguro que debían tener su edad o no se llevaban mucho. Por la energía de los gritos dudaba que fueran ancianos.

Un bostezó se escapó de sus labios antes de que se diera cuenta y con pereza saco una sábana junto con una almohada de la caja que traía. Estaba demasiado cansado para bajar otra vez al estacionamiento y buscar sus demás pertenencias. Lo haría mañana por la mañana.

Shinsou se recostó contra la pared, viendo hacia el balcón que mostraba el edificio de enfrente y un poste de luz. Se imaginó a sus padres junto con su hermana durmiendo ya en sus camas o tal vez los tres juntos, Eri estaba triste así que sus padres debieron haberla dejado dormir con ellos.

Una oleada de nostalgia y tristeza volvió a invadirle, mejor se dormía antes de ponerse a llorar por su primera noche lejos de su cómoda cama. Se tapó con la fina sábana y se puso boca arriba.

Al final no le costó tanto dormirse.

Al final no le costó tanto dormirse

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Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora