Capítulo 23

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Ashido Mina siempre ha vivido su vida mirando al frente.

Es ahora, a sus diecinueve años de edad, que se pregunta sino debió haber visto a los costados. Cómo los niños al cruzar la calle para evitarse el peligro y que surja de ello una tragedia.

Ella siempre fue muy distraída con ciertas cosas, demasiado enfocada en otras. Directa, honesta y confiada son palabras que podrían definirla bien pero también los son caprichosa, egoísta e infantil. Todos tienen dos lados de su personalidad que pueden mostrar menos y pueden mostrar más, dependiendo de con quién esten.

Kirishima fue quien vio todos sus lados y los acepto, le dijo que le gustaba y le propuso salir, algo que ella acepto facinanda ya que también le gustaba muchísimo el pelirrojo pero no había querido dañar su amistad de años con una relación romántica. Todo fue de maravilla, todo fue como un auto que recorre una autopista desierta a ciento ochenta kilómetros por hora. La felicidad y el amor la desbordaban, era tan feliz...

Que se olvidó de ver si sus amigos la seguían en el viaje o se habían quedado solos en medio de la ruta.

Ashido trago el nudo en su garganta y siguió quitándose el esmalte de uña de su dedo índice, era una manía que hacía para ocultar sus nervios. Necesitaba hablar con Kaminari, mucho, también con Bakugou pero sabía que con él la cosa sería más difícil. Por no decir imposible.

El cenizo nunca le diría —directamente— que le gustaba el pelirrojo ¡Oh, bueno! ¡Tal vez ya ni le gustaba pero ese no era el tema!

¡La cuestión era que ella ni se había dado cuenta y se la había pasado besando a Eijirou frente a ellos dos! ¡Y ahora que lo sabía se sentía horrible!

— ¡Ay!

La uña color rosa cayo sobre su pantalón y se la llevó a la boca, tenía la piel suave expuesta y le ardía. Incluso sintió la sangre dentro de su boca.

— ¿Que te...?

Ashido volteó, con los ojos cristalinos —ya ni sabía si era por su uña pérdida o por su angustia mal contenida— para ver a Bakugou quien frunció el ceño con claro disgusto al ver que se estaba chupando el dedo índice y volvió por dónde había venido, siendo solo segundos lo que tardo en volver a aparecer frente a ella.

Le había traído una bandita.

La femenina quiso llorar, otra vez.

—Serás tonta —gruño el cenizo mientras tomaba su dedo herido y le colocaba con cuidado la bandita.

—Gracias —susurro la femenina, con la cabeza gacha — ¿Kaminari?

Bakugou suspiró, soltó su mano y se puso de pie frente a ella que ocupaba el único sillón del departamento. Nunca había estado ahí, era la primera vez y no estaba tan entusiasmada como lo había estado en un inicio por conocerlo. En realidad, estaba verdaderamente triste y acongojada.

—Se enfermó —dijo directamente el de ojos rojos —Acaba de escupir todas sus mierdas en el inodoro —agrego por sino le creía.

— ¿N-No puedo pasar a verlo, aunque sea un segundo? —pregunto, mordiéndose ansiosamente los labios en el proceso.

No quería ponerlo en esa posición. Sabía que estaba siendo mala. Que estaba abusando del hecho de que a Katsuki no le gustaba verla llorar. Estaba siendo manipuladora pero realmente necesitaba ver a Denki.

Y pedirle perdón, una y otra vez. Perdón por ser una mala amiga, perdón por nunca pensar en sus sentimientos, perdón por no verlos.

Tenía que pedirle perdón.

Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora