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El sonido de sus puños golpear el costal que el mismo había improvisado era lo único que se escuchaba, no le importaba el calor, ni el sol pegándole en el rostro, jadeaba cansado y molesto al mismo tiempo

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El sonido de sus puños golpear el costal que el mismo había improvisado era lo único que se escuchaba, no le importaba el calor, ni el sol pegándole en el rostro, jadeaba cansado y molesto al mismo tiempo.

No podía controlarse, enserio no podía, cada vez le era más difícil alejarse de Doyeon, solo necesitaba un roce de su mano al pasarle la taza de café como para que todo su interior se descontrolara.

Agregando que cada mañana se topaba a su ex novia mientras está corría por la calle, nunca se hablaban y no estaba seguro si ella lo notaba, pero tenerla tan cerca y Doyeon a su lado, era un martirio de emociones que no lo dejaban dormir.

Se preguntaba ¿cuánto tardará Doyeon para que empiece a preguntar? Necesitaba pensar una respuesta clara que la dejara satisfecha y que no la obligará a indagar más, porque odiaba dar detalles, nunca se acostumbró a darlos.

Volvió a golpear el saco con tanta fuerza que los guantes no fueron suficiente protección, sus nudillos se encontraban rojos con sutiles heridas en estos.

—¡Pedazo de imbécil! ¿Dónde está? —Su voz había sido la música que a su entrenamiento le hacía falta.

—Nuevamente, no soy adivino. —La escuchó bufar y eso lo obligó a reír. Era una niña pequeña cuando se enojaba

—¡Dónde está mi jodido anillo!

—No sé de qué hablas — Iba a explotar, en cualquier momento lo iba hacer, quería golpearlo, ni siquiera le prestó atención a la sensualidad que Yukhei emanaba hasta por los poros.

—¡Donde está! —Le advirtió sosteniendo el saco de boxeo improvisado de Yukhei. Este se paró en seco antes de lanzar otro golpe.

—No lo sé

—¡Ah! Te mataré

Tenía que admitirlo, le fue inevitable no reír. La forma en cómo cerraba su puño y golpeaba sus brazos era gracioso. Pero pese a ser delgada y que tenía una pésima técnica para golpear, era dura, los golpes eran tan duros que podían llegar a incomodar.

𝙃𝙚𝙡𝙞𝙪𝙢 ››wong yukhei‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora