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Era muy temprano por la mañana para cuando Yukhei decidió salir a caminar

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Era muy temprano por la mañana para cuando Yukhei decidió salir a caminar. Doyeon se encontraba sola en la casa aun durmiendo y para cuando despertara se encontraría la nota del castaño donde le explicaba que había salido a caminar y que volvería pronto.

No quería preocuparla más de lo que debería y Yukhei admitió verse interesado por el extraño chico que Doyeon comentaba, conforme caminaba, recordaba los viejos barrios en los que solía pasear hasta altas horas de la noche, y ahora que lo pensaba, era un acto imprudente de su parte, pudo haberle pasado algo malo y nadie se daría cuenta, y sí, era extraño, lo tenía que admitir, volver después de tanto tiempo te hacía ver las cosas diferente.

Pero ese lugar no era del todo peligroso, no pasaba cosas interesantes y no había nada de qué preocuparse, pero Yukhei desconocía que ahora eran otros tiempos y la delincuencia había ido en aumento gracias a los JinLong.

Era tan temprano que aún se sentía la llovizna de la tormenta anterior, no había muchas personas, los puestos aún no tenían intenciones de abrir y el cielo aún se encontraba oscuro apenas tiñéndose con colores mucho más claros.

Frunció el ceño luego de escuchar un quejido a lo lejos, era como un eco en el silencio del lugar, se acercó curioso hasta una esquina y justo antes de doblar, vio un cuerpo tendido a la mitad de la calle.

No se movió, no dijo absolutamente nada, realmente creía que no se trataba de una persona y no estaba seguro si estaba con vida hasta que esta alzó su mano con intenciones de ponerse de pie y lo único que obtuvo fue un fuerte grito de dolor.

Corrió hasta el pero conforme se acercaba el rostro de esa persona comenzó a ser mucho más familiar, y el horror mezclado con la preocupación se manifestó en su rostro.

Era Linkai.

Su cuerpo se encontraba tendido rodeado de un enorme y preocupante charco de sangre, lo podía escuchar gimotear de dolor y notaba como trataba de hacer el intento de ponerse de pie o arrastrar su cuerpo hasta la banqueta. Se arrodilló junto a su cuerpo agonizante sin importar que su rodillas tocaran la sangre, giró su rostro a todos lados en busca del agresor de algo de ayuda pero no había nada, en esa calle había más casas abandonas que personas.

𝙃𝙚𝙡𝙞𝙪𝙢 ››wong yukhei‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora