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"Cariño, pasare por tí en quince minutos"

Dice el mensaje de Yeonjun, después de abandonarlo y dejarlo soló, Soobin se quedó llorando entre las sábanas frías hasta quedar dormido.

Ahora se mira en el espejo, recién tomó una ducha para despertar completamente y bajar sus terribles ojeras, no se ha puesto la prenda superior porque las marcas violetas de su cuello y clavículas llaman su atención, puede ver incluso algunas en sus muñecas.

Todas fueron causadas por su novio.

Se pregunta ¿desde cuando había comenzado a ser tan brusco? O ¿por qué lo había permitido? Soobin no era idiota para llegar a tal punto, pero tampoco creía que Yeonjun sería capaz de lastimarlo.

Ser pisoteado por esa persona que le arrullaba entre sus brazos cuando tenía frío, por esa misma que le cuidaba como si fuera un niño pequeño.

Y esque Yeonjun se encargó de asustar los demonios de su cabeza que lo atormentaban, de calmar su angustia y secar sus lágrimas a causa de la separación de sus padres junto a muchos problemas más.

Se convirtió en ese rayo de sol que sobresalía entre los días grises.

Soobin recuerda todo eso y le es inevitable llorar frente al espejo, al darse cuenta que Yeonjun ha cambiado rotundamente, por quien está dispuesto a dar el doble para remediar su relación. Sin embargo tampoco piensa caer tan bajo y hundirse así mismo, tristemente sabe que no será fácil pero lo intentará.

Y sí no lo logra, espera que alguien más lo haga, que las cosas fluyan y Yeonjun encuentre a la persona correcta con quien revivirá su amor, así como cuando se conocieron, tal vez lo de ellos tenía que llegar a una simple amistad, Soobin lo admite por más que le duela, sólo espera que las cosas terminen bien para ambos.

Ojalá que el destino sea bueno con él y lleve a cabo sus planes.

A lo lejos escucha el sonido de un auto estacionarse frente a su casa, sabe que Yeonjun ha llegado por él para irse juntos a la universidad, debe apresurarse o llegarán tarde a clases.

Seca sus lágrimas para terminar de vestirse, no le toma mucho tiempo y antes de salir de su habitación se segura de llevar todas sus cosas y un abrigo, se mira nuevamente en el espejo para acomodar su cabello, las ojeras no desaparecieron por completo pero al menos luce mejor, aunque es imposible que alguien pase desapercibido el llanto y tristeza que hubo en ellos.

Al salir de casa Yeonjun aparece en su campo de visión, esperando frente a su Mustang Shelvy 67, se encuentra con los brazos cruzados y la mirada ausente, Soobin no cree imaginar el vacío que hay en sus ojos, pero tan pronto levanta la vista, Yeonjun se recompone y le sonríe para acercársele y abrazarlo.

-Buenos días, ¿pudiste dormir? -pregunta con ánimo, actuando como si nada hubiera pasado anoche -, ¿desayunaste?

Lo mira con ojos brillosos como si tratara de distraerlo con su encanto, enseguida toma a Soobin de la cintura para robarle un beso, uno el cuál Soobin no corresponde.

-¿Acaso importa? -se deshace de su agarre y retrocede un paso, no entiende porque actúa así, hablar tranquilamente como si nada sucediera, le partía el corazón de una forma que solo él podía hacer.

Y es que el mayor siempre lo hacía, actuaba cómo si sus acciones quedasen en el completo olvido, olvidando que Soobin si lo amaba y era lastimado con sus actos.

-Soo, cariño no quiero discutir. Lo que sucedió anoche.. yo estaba algo ebrio -Yeonjun busca disculparse y se acerca pero el menor se aleja -, perdóname.

𝐒𝐔𝐄𝐍̃𝐎 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 ༐ 𝐘𝐄𝐎𝐍𝐁𝐈𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora