Sobre los charcos de lluvia

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Holi estamos de vuelta, perdón por tardar tanto, primero el trabajo me alejó de mi inspiración y después fue mi propia procrastinación, discúlpenme de ante mano, trataré de no hacerlo de nuevo.

En fin los dejó con el capi, trabaje mucho en él, así que espero sea de su agrado.

Capítulo 5

Sobre los charcos de lluvia

XiChen acarició suavemente el rostro de A-Yao, la cama aún tenía los rastros de la noche y sobre su pecho A-Yao seguía dormido, en sus recuerdos atesoraba momentos así, más esos eran otros tiempos. Su corazón ahora se sentía vacilante. Aún no estaba listo para afrontar el hecho de qué estaba vivo, de forma tan directa, ni si quiera se sentía capaz de realizar la pregunta de ¿Cómo era eso posible?

Su mente era un completo torbellino de pensamientos e ideas confusas. No era sólo A-Yao lo que había que enfrentar, también los sucesos de la noche en que se había perdido y que resultaban tan confusos. Las memorias eran solo fragmentos, uno aquí, otro allá; los ojos de su hermano mirándole de forma tan fría, un ataque entre los dos y finalmente su caída, después, todo era nada, era angustia hasta volverse oscuridad y finalmente esa luz y esos ojos, que ahora se encontraban cerrados, dejando ver las largas pestañas que los caracterizaban.

Debía marcharse, regresar a Gusu y averiguar lo qué estaba pasando, saber si no era considerado ya un criminal, si WangJi había salido tan bien librado cómo él. Pero irse ¿qué implicaba también? ¿Revelar ante todos que Jin Guangyao estaba vivo? ¿Cómo explicaba eso? Se suponía que su alma estaría encerrada durante 100 años y no sólo eso, una vez al año se realizaba la ceremonia de rectificación del alma, donde se aseguraban que las almas de sus hermanos jurados estaban ahí. Él pocas veces asistía, pero era sabido por todos que Nie HuaiSang era quien la llevaba a cabo, de una forma dolorosa, los líderes lo habían obligado a asumir esa responsabilidad. Revelar que Jin GuangYao estaba vivo, era admitir que HuaiSang estaba mintiendo y por otro lado, para A-Yao ¿No sería eso llevarlo hacia la muerte? Se había dedicado a buscar rastros de cultivo en su cuerpo, algún indicio de la formación de un núcleo, nada había encontrado, si hubo ya no existía, esta posibilidad de orillarlo a la muerte, estaba lejos de ser la que él tomaría. Entonces, ¿Qué quedaba?, ¿Ocultarlo o simplemente fingir que nada había pasado? Sea cual fuera la respuesta, no la tenía aún.

Acomodó a A-Yao sobre la almohada cuidando de no despertarle, después se levantó de la cama y colocó su túnica interior, para cubrirse, antes de amarrarla, revisó su herida que se había abierto ligeramente, pero era tan pequeña la abertura que seguro cerraba pronto.

Dejó la cama por completo, se dirigió hacia la puerta y la deslizó. Fuera el cielo estaba gris y los charcos de las lluvias pasadas se movían con el viento. Era la primera vez en mucho tiempo que estaba consiente, por eso cerró sus ojos unos segundos, alejando sus pensamientos, dejándose llevar por la sensación del aire fresco contra su cara.

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Wan Su esperaba sentada sobre una estera, la taza de té frente a ella humeaba aún. Las habitaciones dentro del reino impuro eran tan austeras y sombrías como está. La puerta se abrió y Nie HuaiSang entró agitando un abanico. Wan Su se puso de pie y lo saludo con una ligera inclinación, que fue recibida por HuaiSang de igual forma.

_ ¿Qué sucede? Dijeron que era urgente –HuaiSang se acercó para hablar de una forma más confidencial.

_ Es sobre Wan MaoTei.

La cara de HuaiSang se volvió pálida.

_ ¿L... los, rumores? –Tartamudeo – tú prometiste, hicimos un acuerdo –reclamo.

Aún después de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora