O6. Niños

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Hoy el entrenador había faltado, según comentó por teléfono había pillado una gripe, por lo que la única encargada del entrenamiento hoy era [Nombre], tenía una hoja llena de cosas que debían practicar hoy y ya estaba llegando tarde —como siempre— pero eso no fue lo único de lo que debería preocuparse. Nada más cerrar la puerta sintió un tirón en sus pantalones, extrañada bajó la mirada para abrir los ojos al máximo, había un niño de unos siete u ocho años llorando mientras que pronunciaba su apellido, pero lo extraño era que ese niño se parecía mucho a Yahaba.

─¿Qué...?

Su vista recorrió toda la cancha y juraría haberse quedado sin aire en esos momentos, todo el equipo eran pequeños niños que correteaban de un lado a otro con las pelotas de vóley, por no hablar de sus vestimentas, su típico uniforme ahora les quedaban como vestidos. Antes de que pudiese asimilar nada recordó que el mini Yahaba estaba llorando y se apresuró a cargarlo.

─¿Yahaba, qué ha pasado?

Solo se encogió de hombros intentando calmar su llanto, cosa que logró más o menos. Se sentó en un banco, apoyando al pequeño niño en su regazo mientras le limpiaba las lágrimas, percatándose de que tenía algunos raspones en las manos y rodillas.

─¿Cómo te has hecho eso?

─Ken-Kentaro...

[Nombre] suspiró, agarró todo lo necesario para curar al pequeño, cuando terminó lo dejo para que pudiera seguir jugando con los demás niños. Caminó hacia el teñido, que estaba golpeando la pelota duramente contra la pared, su ceño seguía igual de fruncido que siempre, al ser tan pequeño no intimidaba tanto, es más parecía como un pequeño cachorro enfadado, cosa que le parecía tierna de cierta manera.

─Kentaro, no puedes ir empujando a tus compañeros.

Solo recibió un gruñido como respuesta. '¿Eso qué significa?' Sudó al notar que ahora golpeaba todavía más fuerte la pelota, si es que era posible para alguien de su edad actual.

─¿Por qué no vas a jugar con ellos?

─No quieren.

Se sorprendió al escucharlo, aún siendo un niño su voz era grave y rasposa. Se agachó para estar a su altura colocando una mano en su cabeza, acariciando lentamente sus hebras para intentar que no estuviese tan furioso.

─Kentaro, seguramente no quieren hacerse daño al jugar, solo intenta ser menos bruto con ellos.

Gruñó otra vez como respuesta, viendo que así no llegaría a mucho ella misma jugó con él —extrañamente no se quejó— durante un tiempo estuvieron jugando con la pelota hasta que escuchó un pequeño llanto. Corrió al ver como los pequeños se juntaban en un corro rodeando a un mini Matsukawa que estaba llorando.

─¿Qué ha pasado?

Preocupada se agachó tomando al niño en brazos, dando leves palmaditas para lograr que se calme lo antes posible.

─D-duele.

Señaló su tobillo que parecía levemente hinchado. Les dedicó una sonrisa tranquilizando a los demás para que siguieran jugando pero con más cuidado, sentó a Mattsun en el suelo para aplicarle una crema especial, en menos de una hora debería estar en perfecto estado para seguir corriendo de un lado a otro.

─Debes esperar al menos media hora.

─¡Pero eso es aburrido! ¡Quiero jugar!

Pensó algo para entretener al herido, lo mejor fue entregarle su teléfono para que viera algunos videos en YouTube, así estaría entretenido por un rato. Dejó que su cuerpo se deslizase al lado del Mattsun, quería descansar un rato, los niños seguían corriendo sin parar detrás de la pelota —parecían llenos de energía inagotable— todos, excepto Kunimi, él estaba tumbado en el banco durmiendo como siempre. [Nombre] suspiró agarrando al pequeño para que no se hiciera daño en la espalda, lo acurrucó en sus brazos para que estuviera más cómodo acariciando su espalda suavemente, esto hizo que el pequeño se abrazase al cuerpo de la contraria. Sin pensarlo ambos quedaron dormidos.







𝗜𝗱𝗶𝗼𝘁𝘀┃Aoba JōsaiWhere stories live. Discover now