Caminaba tranquilamente hacía el colegio, con un sueño enorme, casi se cae o choca por la calle varias veces. Decidió que no había sido una buena elección quedarse hasta tarde viendo series. Ya no tenía de otra que aguantar la mañana, o eso era lo que tenía pensado hacer de no ser por cierto chico de primer año, que estaba pateando una lata con una cara de culo a las afueras del gimnasio.
─¿Dónde ha ido Kunimi? Además ¿por qué [Apodo] llega tan tarde?
La voz de Oikawa resonó por todo el lugar, ambos se miraron sin querer delatarse mutuamente. Kunimi fue el primero en dar un paso al frente agarrando la mano de la chica para salir de allí corriendo, intentando que no escucharan sus pisadas. Una ligera risa escapó de los labios de la joven, pensando que ya no tendría que sufrir estando entre un montón de chicos sudorosos. Le agradeció mentalmente a su junior, apretando el agarre de sus manos entrelazadas.
─Siento haberte arrastrado, pero no quería entrenar hoy.
Negó, dando unas palmadas en su hombro.
─Creo que me escaparé contigo por hoy, yo tampoco tengo ganas de aguantarlos.
Se limitó a asentir y caminaron hacia un café que había cerca del instituto, por petición de la chica, que iba a morir de sueño si no tomaba algo de cafeína inmediatamente. Cuando salieron de allí decidieron caminar cerca del colegio, aunque finalmente terminaron marchándose, saltarse un día no haría mal.
─¿Dónde quieres ir?
─Sinceramente, mi casa, pero está lejos y me da pereza.
Rio ante lo sincero que era, entonces pensó que pasear por un pequeño mercadillo que no quedaba tan lejos estaría bien, ya que podrían entretenerse con las cosas que vendían por allí. Cuando llegaron, se probaron unas gafas con formas raras que había en un pequeño puesto, aunque [Nombre] forzó a Kunimi a ponerse las típicas gafas con bigote postizo para tomarse una foto.
Él solo suspiraba cada vez que su acompañante se paraba a ver cualquier absurdez, como juguetes para niños o cosas llamativas. Solo se paró cuando estuvo en frente de un puesto de chucherías, vendían un montón y de diferentes tipos, pero solo se fijó en unas en concreto, caramelos salados, eran sus favoritos. La chica al darse cuenta, sonrió, comprando varios de esos caramelos, compartiéndolos junto a él, que al principio se negó pero luego aceptó tomar algunos.
Tuvo que agarrar la mano de la joven para que no se perdiera entre tanta gente, se estaba cansando de estar allí, sobre todo porque cada vez había más multitud y se hacía complicado caminar por la estrecha calle sin chocar contra alguien. De hecho, al final de la calle alguien empujó tan fuerte a [Nombre] que hasta tiró a Kunimi al suelo, quedando este debajo de ella, empezando a avergonzarse al tener tan cerca a la chica.
─¡L-lo siento! Alguien me ha empujado.
─No es nada.
Fingió desinterés, pero sus rojas mejillas lo delataban. Terminaron de ver cosas, decidiendo quedarse en un parque sentados, al lado de un estanque, viendo como los patos se peleaban por conseguir un cachito de pan que una anciana les tiraba.
─Que linda pareja.
Ambos miraron a la abuela, no se habían dado cuenta de que seguían con las manos entrelazadas y se separaron de inmediato, provocando que la señora riera. Después de la vergonzosa escena se fueron de allí, habían tenido suficiente.
─Está bien, ahora sí quiero irme a casa.
No iba a soportar más caminar de un lado a otro sin rumbo así que simplemente se fueron a la casa del chico, que solo quería descansar tumbado en su cama con unas buenas mantas y una película, aunque [Nombre] lo acompañara no le incomodaba, es más, le gustaba su compañía.
Un suspiro de satisfacción salió de su boca, sintiendo el calor se su hogar golpear contra su piel. Era bastante tarde desde que salieron a caminar por ahí, por eso antes de nada cocinaron algo —casi incendian la cocina— y luego se tumbaron en el sillón, debatiendo qué película deberían poner.
─Por última vez no pienso poner Barbie y el lago de los cisnes.
─Kuni-
─No.
─Pero-
─No.
Suspiró rendida, pensando en otras películas. Una bombilla se encendió en su cabeza, y decidieron poner una vieja confiable, Solo en casa. Kunimi llevó un par de mantas, se acercaron el uno al otro para transmitir más calor, prácticamente estaban abrazados y comiendo los caramelos que antes habían sobrado. A mitad de película su madre irrumpió burlándose de su hijo por traer a una chica a casa, comentando la adorable pareja que hacían. Kunimi tuvo que echarla porque ambas mujeres se pusieron a hablar de él cuando era un bebé. La película pasó tan rápido que [Nombre] ni se dio cuenta de que ya era de noche, bastante tarde para ser ciertos.
─Cariño, ¿por qué no le ofreces a mi futura nuera quedarse a dormir?
Todos allí sabían que eso no era una pregunta si no una afirmación, más bien, una orden. Tuvo que aguantar que cuchicheasen durante toda la cena, harto de la situación agarró a su gerente de la muñeca tirando de ella hacia su cuarto.
─¡Deja la puerta abierta Akira!
Farfulló mientras guiaba a la chica al baño, prestándole un muda de ropa para que pudiera dormir cómoda. [Nombre] solo pudo reír, decidiendo que ya había tenido suficiente por hoy. Se lanzó a la cama junto a Kunimi para descansar, pasando sus brazos por la cintura del chico para abrazarlo, él se tensó ante el tanto pero después de varios minutos se relajó, sintiendo la respiración que chocaba contra su espalda cada vez era más suave y relajada.
Sonrió para si mismo, dándose la vuelta, posando sus manos sobre la cintura de la chica para apegarla más a su cuerpo y cayendo en un profundo sueño.
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𝗜𝗱𝗶𝗼𝘁𝘀┃Aoba Jōsai
FanficAoba Jōsai x fem!reader Donde una chica se ve obligada a ser gerente de un equipo de idiotas. ⁿⁱⁿᵍᵘⁿᵃ ᵈᵉ ˡᵃˢ ⁱᵐᵃ́ᵍᵉⁿᵉˢ ᵐᵒˢᵗʳᵃᵈᵃˢ ᵉⁿ ᵉˡ ˡⁱᵇʳᵒ ᵐᵉ ᵖᵉʳᵗᵉⁿᵉᶜᵉ, ᵃˡ ⁱᵍᵘᵃˡ ᵠᵘᵉ ⁿⁱⁿᵍᵘⁿᵒ ᵈᵉ ˡᵒˢ ᵖᵉʳˢᵒⁿᵃʲᵉˢ ˢᵒⁿ ᵈᵉ ᵐⁱ ᵖʳᵒᵖⁱᵉᵈᵃᵈ, ᶜʳᵉ́ᵈⁱᵗᵒˢ ᵃ ˢᵘˢ ʳᵉˢᵖᵉᶜᵗⁱᵛᵒˢ ᵃᵘᵗᵒʳ...