O9. Cartas y galletas

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La clase 2-3 estaba tranquila, la campana recién había tocado y [Nombre] se acababa de despertar, al parecer el profesor de química ni se preocupaba en regañarla, ella igualmente iba a seguir durmiendo en clase y los castigos parecían no molestarla.

─[Apellido], te buscan.

Un compañero dejó pasar a lo que parecía una alumna de primer año, estaba nerviosa y sostenía un sobre contra el pecho. La primeriza se acercó lentamente sonrojándose, cuando estuvo en frente de la mesa habló.

─¿P-podría entregarle esta carta a Oikawa?

Agachó la cabeza extendiendo los brazos. Algo confundida aceptó el recado, igualmente no la importaba entregarle una carta al colocador, si solo hubiera sido una. Desde que aceptó llevar aquella carta las niñas acudían a su clase a dejar miles de cartas, bombones, galletas, regalos...
Normalmente aquellas chicas se lo entregaban directamente a Oiwaka o, si no a alguno de los chicos del club, pero era más fácil contactar con la gerente, según las enamoradas ella era menos aterradora que todo el equipo en general. A [Nombre] no la molestaba, simplemente la daba pereza tener que interactuar con chicas que se sonrojaban solo con entregar una mera carta, además sentía que si la seguían enviando galletas se las terminaría comiendo. 

Llegó tarde al gimnasio porque fue parada por otro grupo de enamoradas que entregaron sus cartas y postres caseros, estaba ya cansada de eso y tan solo llevaba una semana, no quería imaginar como estarían los demás que llevan con Oikawa más tiempo. Cuando cerró la puerta sintió como una buena energía emanaba del equipo, todos parecían mucho más tranquilos y felices.

─¿Por qué el entrenamiento de repente parece teletubbielandia? 

Le preguntó al entrenador, soltando su bolsa de deporte sobre la mesa, completamente confundida por el estado de ánimo de sus compañeros.

─Creo que han dejado de recibir cartas de amor, ya sabes, para Oikawa.

[Nombre] puso los ojos en blanco, señalando sus brazos donde sostenía todo lo que la habían dado, haciendo que el profesor la mirara con pena. Como con su bolso, colocó todo en otra mesa de por allí, para poder comenzar sus tareas como gerente.

─Woah, ¿Todo eso es para mi?

─Sí, hay demasiadas chicas que me dan estas cosas para ti.

─Me compadezco de ti. ─Iwaizumi puso una mano en la cabeza de la niña para remover su pelo─ Sabes que puedes rechazarlas, ¿no?

─Sí, pero es una pena desperdiciar la galletas.

Todos contemplaron como a [Nombre] se le hacía la boca agua al ver aquellas delicias. Tenían buena pinta y seguro que estaban mejor de lo que parecían, no negarían que querrían probarlas.
Al capitán se le ocurrió una idea al ver como babeaba por unas simples galletas.

─Yohoo~ [Apodo] ¿no quieres probar una?

─¿Enserio?

Era la primera vez que la veían tan ilusionada con algo, usualmente sería escéptica en cuanto a casi todas las cosas que la ofreciera, bueno, aparentemente todo menos comida casera gratis.

─Sí, pero a cambio... ¡Tendrás que darme un beso!

Antes de que Iwa le lanzase un buen golpe ella contestó.

─¿Solo eso? Sí lo llego a saber te lo pido antes.

Todos se quedaron realmente extrañados ¿lo iba a besar? ¿Así de fácil? No negarían que en este momento sentían un poco de envidia por su capitán.

─¿Estás segura de que lo quieres besar?

Yahaba la tomó por el hombro, queriendo evitar la escena, no podía creer que su estúpido compañero iba a tener un beso de su bonita gerente. [Nombre] permaneció en silencio con la cara pensativa, sus ojos viajaban de Oikawa hasta las galletas constantemente, ya está, no aguantó más.

─Me quedo con las galletas.

Todos pusieron una expresión en blanco mientras que Tooru celebraba esperando la escena del beso, aunque fue algo distinto a lo que pensaban que pasaría. Sin previo aviso acurrucó la cara de Oikawa con sus manos para plantarle un beso en la mejilla e irse a por las galletas. Claro que el capitán no especificó donde debía de ser el beso.

─Creo que Oikawa no respira.

Mientras que los chicos trataban de reanimar al colocador [Nombre] degustaba las galletas, había tenido una idea brillante gracias a él, podría llamarlo visión de negocios.





Mientras que los chicos trataban de reanimar al colocador [Nombre] degustaba las galletas, había tenido una idea brillante gracias a él, podría llamarlo visión de negocios

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─P-perdone, ¿es usted [A-apellido]?

─Sí, ¿necesitas algo?

La recién llegada asintió sonrojándose. 'Ah, es otra chica con carta y ¡galletas! Todo sea por esas gloriosas delicias.'

─¡Entrégale esta carta a Oikawa como muestra de amor! ¡Por favor!

─Lo siento ya no le doy cartas directamente.

La expresión de la chica pareció decaer, empezó a murmurar un montón de escenas raras amorosas junto con el niño de tercer año mientras que un par de lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. '¿Mi amiga también estaba así por Oikawa? No la recuerdo tan fanática. Aunque siempre tuvo un problema con los chicos guapos, sí, será eso...»'

─Ya no le entrego cartas, pero puedes meterlas en un buzón.

─¿Eh? ─la vida volvió a sus ojos─ ¿Qué buzón? ¿Dónde puedo encontrarlo?

─Está a las puertas del gimnasio, puedes llevar allí tus postres también, yo me encargaré de darle la caja después del entrenamiento.

─¡Muchas gracias!

En cuanto la chica salió corriendo de la clase [Nombre] se frotó las manos con una sonrisa maliciosa, ya podía saborear esas delicias. Sin duda no había otra cosa que la hiciese más feliz, comida casera gratis. Cuando los niños terminaron de cambiarse, observaron como su gerente sonreía como nunca habían visto, en sus manos sostenía una bandeja llena de diferentes galletas y dulces.

─¿De dónde has sacado todos esos dulces?

─Es una muy buena pregunta Kindaichi, la verdad es que he sacado negocio. ¿Queréis probarlas?

Un poco confundidos aceptaron probarlas, estaban demasiado buenas como para ser reales, no fue hasta que Iwaizumi se comió una galleta con cara de Oikawa que se dieron cuenta de donde salieron.

─Iwa-chan, ¿me acabas de comer?

─¿Eh? ─observó como había más galletas con la cara de su amigo en la bandeja─ [Apellido] ¿de dónde has sacado las galletas realmente?

─De sus fans.

─¡[Apodo] eres mala!

Ella negó comiendo otra de esas delicias, casi llorando de felicidad cuando los sabores se hicieron paso a través de sus papilas gustativas.

─Las chicas pensarás que estás compartiendo sus grandiosas obras culinarias ¡Te amarán!

─¿Tu crees?

─Claro, además me alimentas- digo, a tu equipo. ─Ambos miraron como todos agarraban más y más dulces que [Nombre] había dejado en unas mesas─ Todos salimos ganando.

𝗜𝗱𝗶𝗼𝘁𝘀┃Aoba JōsaiWhere stories live. Discover now