𝗜𝗱𝗶𝗼𝘁𝘀┃Aoba Jōsai

23. Especial navidad

Era esa época del año, donde el frío invade las calles y la gente celebra en familia o con amigos la llegada de un nuevo año. Ahora mismo, el equipo de Seijo, se encuentra haciendo eso mismo, celebrando la navidad como una familia.

Aunque más como una familia desestructurada y caótica.

─¡Las galletas! ¡Se queman las galletas!

Yahaba corrió por la casa de Oikawa, que se había ofrecido a prestarla para pasar allí un par de días mientras sus padres visitaban a la familia. El niño no sabía donde dejar las galletas que estaban, literalmente, prendidas en fuego.

Kentaro frunció el ceño, con unos guantes de pollito agarró la bandeja y tiró la comida al retrete, logrando extinguir el fuego. Tuvieron que llamar a Watari para que él cocinara algo, ya que todos excepto Iwa, eran penosos cocinando.

─Vamos [Apodo], acepta que mi jersey es el mejor.

Oikawa hizo algunas poses de modelo.  Los chicos de tercer año habían hecho un pequeño concurso para saber quién tenía la mejor sudadera navideña, cabe aclarar que Iwaizumi fue obligado.

El capitán, tenía una camisa de un árbol, llena de luces que parpadeaban constantemente, parecía un puticlub viviente. Mattsun e Iwa, llevaron unas más normales, con temática navideña sin luces ni nada extravagante. Mientras, Makki, se puso una con un reno que sobresalía por delante y por detrás haciendo el efecto de que el reno había atravesado su cuerpo.

[Nombre] les dejó los votos a los chicos de primero, aunque fue Kindaichi el que proclamó a su capitán como ganador para que dejara de molestar, ya que Kunimi se durmió nada más arroparse con las mantas del salón. Sin molestarse en quitarse el cintillo con cuernos y cascabeles.

─Las galletas están listas.

La mayoría agradeció que el líbero arreglase el problema sin incendiar la casa. Ahora todos se acurrucaron en el gran sillón, aunque algunos se quedaron en pufs, como Kentaro, que no quería estar al lado de nadie.

E̶l̶ p̶e̶r̶r̶o̶ n̶o̶ p̶u̶e̶d̶e̶ e̶s̶t̶a̶r̶ e̶n̶ e̶l̶ s̶o̶f̶á̶.

A la única chica le tocó estar al lado de Kindaichi y Mattsun, justo en el centro del sofá.

─¡Yo elijo primero!

Oikawa agarró rápidamente el control remoto, paseándose por una web de dudosa procedencia y legalidad, pero eso no importaba, lo único que querían era ver películas navideñas. Terminaron viendo una maratón completa de el Tío Gilito, junto a otras típicas como Solo en casa o del estilo.

Cuando los créditos hicieron su aparición la mayoría estaban dormidos como troncos, a excepción de [Nombre], que no pudo dormir porque Mattsun se recostó sobre su hombro, no pudo sentirlo por una hora, claramente tampoco pudo dormir. Kunimi se acababa de despertar por haber estado durmiendo antes y Kentaro no tuvo sueño porque era como una roca.

Los tres se miraron entre sí, a su vez  observaban como todos dormían plácidamente. Como buenos compañeros y amigos dejarían a sus mayores descansar un raro. Pero daba la casualidad que se juntaron los tres demonios, los más cansados de las estupideces del equipo.

Volvieron a cruzar miradas por última vez para asentir. Solo despertaron a Watari e Iwaizumi, porque no querían que se vieran afectados, tampoco querían enfadar a su 'madre'.

Ellos tan solo se quedaron callados, sin admitir que disfrutarían viendo el espectáculo.

─Uno, dos...

La joven susurró tapándose los oídos al igual que todos los cómplices. Se escuchó Jingle Bell Rock por todo el vecindario y el resto del equipo quedó lleno de espuma. Lo extraño es que Mattsun ni siquiera se inmutó, seguía dormido como un tronco.

─Habéis empezado la guerra, yo solo aviso.

Hanamaki se hizo el ofendido escondiendo una sonrisa juguetona.

─¡Sois tan malos!

Como siempre Oikawa tuvo que hacer una escena así que tan solo lo ignoraron, Makki no se quejó y Yahaba solo se enfadó un poco por destrozar su peinado. Kindaichi no podía quejarse porque era un bebé, fueron más bueno con él y no le llenaron la cara de espuma.

Cuando todos se limpiaron adecuadamente, se sentaron a comer, como no podía ser normales la mayoría del tiempo se la pasaron lanzando comida de un lado a otro intentando que esta cayera en el vaso de alguien. Por suerte nadie tuvo que tragarse ningún pelo de gamba o uvas pochas.

Todos estaban más relajados después de la comida, charlando tranquilamente al lado de la chimenea hasta que la chica chilló al sentir como la levantaban del suelo bruscamente.

─Esta será mi venganza, secuestraré a [Nombre], si quieren recuperarla tendrá que derrotarme en una partida al Twister.

─¡Bien dicho Makki! Nos quedaremos con [Apodo].

Oikawa se puso a su lado, cruzando los brazos, asintiendo efusivamente. También se unieron Yahaba y Kindaichi.

─¿Os habéis golpeado la cabeza o algo? de ninguna manera [Nombre] decidiría irse con vosotros.

Iwaizumi frunció el ceño, conteniéndose para patear a sus compañeros, a su lado se quedaron Kunimi, kentaro y Watari.

─¡Por eso mismo la estamos secuestrando!

─¿Sabes que puedo patearte y soltarme verdad?

La joven simplemente fue tomada por sorpresa, pero no le costaría deshacerse del agarre de Hanamaki. La miró con ojitos de cachorrito, rodó los ojos dejando que siguiesen con su estúpida batalla, igual tan solo debía mirar como se peleaban entre ellos.

Nunca se sintió tan bien sentir que gracias a su presencia estaba provocando un caos total.

El equipo de los 'messirve' contra el equipo 'mommy & dog', no le prestó mucha atención ya que decidió acurrucarse junto a Mattsun, que sorprendentemente había vuelto a dormir.

Para cuando ambos equipos habían terminado su competición se sintieron traicionados al ver como su bloqueador abrazaba de manera lateral a [Nombre]. Además el descarado abrió uno de sus ojos, sonriendo y guiñándoles el ojo, apretando más a la chica dormida contra su pecho.

─¡La traición hermano!

Un olor a quemado inundó la sala, todos se miraron extrañados cuando vieron el horno en llamas, otra vez.

─¡Las galletas!

─¡¿Quién ha vuelto a dejar que Yahaba se acercase a la cocina?!

Kentaro pateó la puerta de la cocina con un extintor en la mano mientras Iwamama regañaba a uno de sus hijos.

No podían tener una fiesta normal.