Aoba Jōsai x fem!reader
Donde una chica se ve obligada a ser gerente de un equipo de idiotas.
ⁿⁱⁿᵍᵘⁿᵃ ᵈᵉ ˡᵃˢ ⁱᵐᵃ́ᵍᵉⁿᵉˢ ᵐᵒˢᵗʳᵃᵈᵃˢ ᵉⁿ ᵉˡ ˡⁱᵇʳᵒ ᵐᵉ ᵖᵉʳᵗᵉⁿᵉᶜᵉ, ᵃˡ ⁱᵍᵘᵃˡ ᵠᵘᵉ ⁿⁱⁿᵍᵘⁿᵒ ᵈᵉ ˡᵒˢ ᵖᵉʳˢᵒⁿᵃʲᵉˢ ˢᵒⁿ ᵈᵉ ᵐⁱ ᵖʳᵒᵖⁱᵉᵈᵃᵈ, ᶜʳᵉ́ᵈⁱᵗᵒˢ ᵃ ˢᵘˢ ʳᵉˢᵖᵉᶜᵗⁱᵛᵒˢ ᵃᵘᵗᵒʳ...
Oikawa asintió, cruzado de brazos, con una mirada determinada.
─Chicos, no creo que a [Nombre] le haga gracia.
─Sí, opino igual.
Iwaizumi y Watari se miraron, no queriendo ser parte de su tonto juego.
─¡Solo será un pequeño beso "accidental"!
Todos se quedaron en silencio, cruzando miradas entre ellos para suspirar pesadamente. Oikawa va a morir.
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Kunimi no sabía por qué estaba metido en todo esto, pero simplemente estaba ahí. Igualmente solo era un beso, no era algo muy importante, claro, no para él, pero tampoco sabía la manera en la que se lo iba a tomar la chica. Se supone que debía ser un accidente pero tampoco quería engañar a [Nombre] de esa manera.
Si tenía que ser directo lo iba a ser.
Y lo sería.
Por una vez se tragó su orgullo, porque al no destapar el lío que habían montado tuvo que, simplemente, pedir ser besado. Aunque todos sabían bien que Kunimi no le molestaba poder besar a [Nombre], si no, se habría negado a formar parte del asunto desde un principio.
Suspiró dando una rápida mirada al equipo que corría calentando, observó a su gerente detenidamente antes de trotar hasta ella.
─¿Necesitas algo Kunimi? Y no me pidas saltarte otra vez la práctica, el entrenador me advirtió.
─No, no es nada de eso, yo solo...
Quiso ser directo, pero al ver como lo miraba con la cabeza ligeramente inclinada y sus ojos atentos a él mientras se mordía el labio debido a que estaban agrietados hizo que todo su cerebro colapsara. La sangré se subió a las mejillas del chico, extrañando a la contraria que levantó una ceja al ver cómo el equipo había parado para fijar su atención en ambos adolescentes.
─¡Vuelvan a entrenar cabezas huecas!
Agarró la muñeca del primer año para arrastrarlo fuera, así podrían hablar sin interrupciones.
─Bien, ¿Qué necesitas?
─Un beso.
─Claro, espera ¿Qué?
Por el rabillo del ojo captó como el equipo había abierto la puerta e incluso sostenían un móvil, seguramente para grabar o echar fotos. Miró como Kunimi tenía un leve sonrojo en las mejillas, haciendo señas disimuladas para que se fueran.
La joven rodó los ojos, pensando que era algún tipo de reto absurdo. Sacó su vaselina para aplicarla sobre sus labios, perfumándolos. Agarró con firmeza al chico por los hombros. Conectaron sus miradas por varios segundos antes de que [Nombre] estampara sus labios contra los de Kunimi, sin llegar profundizar pero siguiendo un ritmo constante.