Continuación ;)
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Hinata seguía mirando su porción de jugo de forma perpleja, aún no podía creer como habían salido de forma impune de la comisaría. Todo gracias al rubio de mirada felina que vino a salvarlos. Ni siquiera supo que palabras le dijo, ni que métodos ocupo, lo único claro es que estaban afuera, en un karaoke, olvidando el mal trago de la tarde.
Soltó un ligero suspiro después de un rato, las perforadoras miradas que le dedicaban los dos Alfas empezaban lentamente a incomodarlo. De algún modo, no los culpaba, al fin y al cabo, mantuvo oculto su embarazo a la gente externa a Miyagi. Aunque claro, había esperado más sorpresa por parte de Kenma que por los restantes.
— ¿Pasa algo?Se atrevió finalmente Hinata a hablar con una hermosa sonrisa en su cara.
Bokuto, que en esos momentos apreciaba ese redondo vientre con nerviosismo, sólo se apresuró en negar, la voz del Omega lo había encontrado desprevenido. No podía ser un grosero y sólo afirmar algo ¿Qué pasaba si el muchacho sólo estaba pasando por un problema hormonal? Sería desubicado de su parte asumir que estaba embarazado en vez de gordito.
—¿Cuántos meses tienes? — Kenma lo miró de reojo antes de poder volver a poner su atención en su consola, acabando finalmente con todo el ambiente incómodo que existía.
—Ah... ya voy llegando al final del séptimo mes, creo...— Shoyo era distraído, ya ni él mismo se acordaba en que momento inició todo.
—Así que si está gestando...— Afirmó en un hilo de voz el bicolor.
—¿Crees? — Akaashi sobó por enésima vez su frente, antes de, finalmente, mirar a los presentes con notorio cansancio. Al fin y al cabo, no era pan de cada día sacar a tu novio, al mejor amigo de tu novio y a un embarazado de la cárcel.
— No, espera, creo que nueve... ¿Once? Agh, en verdad a pasado mucho tiempo desde que ya ni veo mis pies— El pelinaranja sonrió con cierta gracia mientras se rascaba la cabeza.
—¿Eso si quiera se puede? — Bokuto susurró a lo bajo, últimamente estaba recibiendo demasiada información. Por lo que, con tal de saciar sus conjeturas, miró con suma inocencia a su propia pareja. Una que no tardó en girar su rostro para evitar el contacto visual. Rompiendo en el instante, el corazón de pollo de la estrella.
Keiji no estaba molesto, para nada, pero cierto bichito de la ira le picaba en la cien cada vez que el bicolor intentaba entablar frases con él en esos instantes.
— Claro que si ¿Tú mamá no te dijo? — Kuroo sonrió de medio lado, cruzando sus notables brazos para adquirir una pose más maliciosa.
C-claro, todo el mundo lo sabe— El número doce de los Fukurōdani no tardó en caer en el juego, evitando por completo la mirada del otro Alfa para que no leyera la vergüenza en su rostro.
Kenma por unos instantes levantó la vista de su consola, analizando con notable cautela las acciones de su compañero. El individuo, sin duda alguna, lucía una expresión alegre mientras molestaba a los suyos, pero el toque de tristeza que lo hizo fallar en muchos partidos, seguía ahí. El Omega de los Nekoma mordió con sigilo su labio, la duda que empujaba su oculto nerviosismo lo hizo suspirar hasta mirar la fosforescente pantalla.
[GAME OVER]
—Hinata ¿Cómo está Tsukishima? — El nombre que surgió de sus pequeños labios le quemó la garganta, incluso llegó a maldecirse internamente por haber querido complacer a su alfa destinado.
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Caminos
FanfictionHinata siente una fuerte atracción por Kageyama, el cual, lastimosamente tiene puesta la vista en la madre de Karasuno, Suga. Después de un día de borrachera y una noche loca entre nuestros protagonistas, Hinata queda albergando la vida de esa unión...