La sonrisa que pones cuando hablas de ella

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―El director te dio dos semanas ―Dijo mi madre sacándome de mis pensamientos. (La mire rápidamente y solo le sonreí). ―¿Le avisaste a Yannel? (Volví a mirar por la ventanilla del avión evitando que mi madre mirara mi mala cara cuando menciona a Yannel).

―Sí.

―Te hará bien hablar con ella.

―En estos momentos no quiero hablar con nadie.

Cuando legamos a la casa de mis abuelos ellos se sorprendieron por vernos, mi abuela le pregunto a mi madre qué había pasado, entonces todos se voltearon a ver entre sí, hasta que dije que iba subir las maletas a nuestros cuartos, sabía que mi madre quería hablar con mi abuelos de esto a solas. A los tres días me comunique con Lucia.

―¿Dónde has estado estos días Alex?

―Tuve un problema personal.

―¿Todo bien?

―Sí, pero necesito que me hagas un favor.

―Claro dime.

―Ya tengo autorizadas dos semanas para faltar por el director, así que por favor avísales a los profesores, pídeles sus correos electrónicos para mandarles mis tareas y trabajos, y por favor mándame todos tus apuntes y trabajos.

―Está bien Alex, ¿Necesitas algo más? ¿Hablar con alguien?

―No Lucia, por el momento es todo.

―Ahora entiendo porque Yannel...

―Lucia no, en estos momentos lo último que quiero saber es de ella.

―Bien. Cuando tenga los correos de los profesores te los mando.

―Gracias Lucia.

Esas semanas tenía que aclarar mi mente, me tenían que ayudar de alguna manera y el no saber nada de Yannel también me iba ayudar. Pasaron los días y la que se veía un poco mejor era mi madre, aun que tenía miedo que solo se mostrara feliz enfrente de mí, yo quería hablar del tema de mi padre pero no la quería incomodar o hacerla recordar, hasta que se llegó un oportunidad de hablar, yo estaba entrando a la casa porque salí a comprar unas cosas, mi madre y mi abuela estaban hablando de eso.

―Me duele saber que fue con ella, ¿por qué lo hizo con alguien tan cercano a nosotros? ―le decía mi madre.

―¿Sabes con quien te engaño mi padre? ―Le pregunte y las dos voltearon sorprendidas, se miraron la una a la otra hasta que mi abuela se levantó.

―Los voy a dejar solos para que puedan hablar.

―Contéstame madre, ¿sabes con quien te engaño mi padre? ―Le dije en cuanto se fue mi abuela.

―Alex sabes que fuera de todo esto él ha sido un muy buen padre.

―No intentes hacer que me apiade de él porque no o vas a lograr y no se lo merece.

―Es tu padre y lo último que quiero es que tengas diferencias con él.

―Yo no elegí tener un padre como él. (mi madre agacho la cabeza). ―Dime quien es su amante. ―Pero no tenía respuesta alguna de mi madre. ―Evítame la pena de ir a buscarlo cuando regresemos y partirle su cara hasta que me diga con quien te engaño. ―Fue cuando mi madre volvió a levantar su cabeza y me miro quizás enojada.

―Sabes que ese tipo de actos impulsivos están mal Alex, y ni creas que no me di cuenta que el día que paso todo lo de tu padre traías el labio partido. Sabes el procedimiento que se debe de hacer cuando pasa eso, pero no te quise decir nada por lo de tu padre, aun así tiene una cita pendiente.

Nuestra Experiencia "Tercer Libro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora