Capitulo IX

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Así es bishitos no estan soñando, capítulo doble, no pregunten solo gozenlo.

El resto de la tarde, Meliodas quedó postrado en su habitación boca abajo sobre el colchón murmurando cosas ininteligibles. Su armadura yacía en una esquina abandonada, solo se encontraba usando esos pantalones cortos blanco, junto su camisa y sus peculiares botas verdes. Desde hace unas horas que las princesas partieron de Liones y el blondo no hacia mas que pensar en el bienestar de su princesa.

Podría ser cierto, era testarudo, exagerado y algo dramático, pero ese sentimiento de culpabilidad aun lo torturaba. Pensar en que algo le pudiese ocurrir a la albina por un descuido seria la muerte para él, no soportaría fallar nuevamente a su palabra y menos a la persona que mas queria. 

Para nadie era un secreto que Meliodas tenía una extraña e inmensa gratitud hacia el rey Baltra y al difunto general Zaratras, pero lo que nadie imaginaba, ni Ban aunque lo dijera de broma,  era el enorme cariño que le tenía a la pequeña Elizabeth. Aquella niña traviesa que conoció a los 12 años y ella tan solo una infante curiosa y escurridiza;  sentimientos fraternales que nunca admitiría en voz alta.

[Recuerdo ]

Hace diez años

Un adolescente rubio, algo malhumorado y de cuerpo adolorido caminaba con dificultad por los pasillos del castillo. Con el pasar de estos dos años que comenzó su entrenamiento para aspirar a caballero sacro, se hacía cada vez más pesado.

-¡Meliodas!- unas gemelas de 11 años,una de cabello castaño y otra rubia sujetado en una trenza ladeada se le acercaron corriendo hacia el.

-¿Que hay, Zaneri. Jenna?- soltó un suspiro cansado observando a ambas femeninas.

-¿Haz visto a Elizabeth?- preguntó con preocupación Jenna, a lo que el rubio alzo la ceja confundido.

 -La niñera la descuido un momen...- Zaneri fue interrumpida por el mismo.

-¿Elizabeth?- preguntó confundido.

-Si, la tercera princesa- dijo con ironía la rubia.

-Ni siquiera que había una tercera princesa-su dedo índice cubrió su boca y su dedo pulgar se posó en su barbilla pensativo.  -¿Que paso con ella?- cuestionó a las gemelas.

-La niñera se descuido un momento y como tienen clases con la señorita Merlín, simplemete se fue. -explico la castaña tímida.

-Ya la buscamos pero no la encontramos por ningún lado- habló exasperante la mayor.

-No la he visto- dijo en un tono indiferente.  -Y ahora no tengo tiempo- se cruzó de brazos soltando un bufido ganandose una mala mirada por parte de Jenna

-¡Zaneri, Jenna!- exclamó una mujer castaña, trabajadora del castillo. -Les dije que busquen a la princesa, no quédense a charlar- regaño la mujer.

-¡Perdón mamá!- exclamaron al unísono las gemelas para ir con su madre.

-Nos vemos Meliodas- sonrió la ojiazul castaña dejando nuevamente solo a Meliodas.

El ojiverde continuó su camino apático a lo antes mencionado por las hermanas y a su alrededor. Se dedicaba a estirar un poco los brazos con el fin de relajar sus bíceps en desarrollo y retirar la tensión en ellos. Sin embargo, al pasar por la puerta abierta de la biblioteca, se percató de un ruido proveniente de ahí.

-¿Hum...?- hecho un pequeño vistazo desde la puerta. Se adentro al no ver a nadie, ni siquiera al bibliotecario. 

Otro ruido le llamó la atención.

The Princess Knight || MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora