Que comience lo bueno >:3
Yambien aprecien la carita de Zeldris bebé
.Se mantenía dando vueltas de un lado a otro como animal enjaulado, el nerviosismo e inseguridad eran sus aliados en esos momentos, ¿Cómo debía disculparse?. Pasaron días desde el malentendido y ella no le había vuelto a ver a los ojos, apenas intercambiaba palabras en el bar, pero no le dejaba hablarle. Suspiró indeciso si tocar la puerta o no, aun no tenía las palabras para decir que fue una equivocación, jamás quiso decirlo así.
Puede que de un principio lo haya visto como un experimento, sin embargo ahora entendía que era un búsqueda en saber que significaba ese mar de emociones.
Era la única a la que tenía confianza, le alegraba verla en las mañanas y saber que no estaba solo, esa cálida amabilidad que reconfortaba y sus sonrisa iluminaba sus días. Cuando se molestaba por verla con otro chico, sentía afortunado de que ella le dijera "te quiero".
No podía hacerlo, tenía miedo a lastimarla mas de lo que estaba. Como cobarde fuera de combate, se dispuso a salir de la vivienda e ir a dar una vuelta esperando que eso aclarara su mente.
—Esto se jodió— ladeo una mueca sin prestas atención a donde iba —Nunca me perdonará nunca. Que idiota, ¡tch!— chasqueo la lengua apretando los puños mientras sus ojos se oscurecían de poco en poco, sin embargo, unas voces agitadas llamaron su atención.
—Príncipe Zeldris— arqueo la ceja al ver aquellos dos que desaparecieron repentinamente, sabía que los buscaban por indagar en los archivos del rey mas no lo había vuelto a ver. Ahora regresaban con un profundo miedo en sus rostros.
—Hendrickson, Dreyfus. Cuanto tiempo— respondió con sarcasmo, pero estos lo ignoraron.
—Díganos que encontró a su hermano, esto es importante— replico el de cabello castaño
—Eso no es de su incumbencia— aparto la mirada de los preocupados hombre dándose la vuelta y alejarse lo mas posible de cualquier otro contacto humano.
—Pero es que... se trata de Estarossa— continuo el de cabello plateado haciendo que el pelinegro detuviese sus pasos y mirarlo con incógnita. Un barrido salió de sus labios, la paciencia era lo que le faltaba en esos momentos.
—¿Qué quiere él?, no hace mas que...—
—El les mintió...— suspiro relamiendo sus labios —No es un demonio si no uno de los cuatro arcángeles—
[Castillo de Liones]
En la entrada norte, un par de caballeros de alto rango reposaban unos momentos en lo que su turno llegara; en especial el hombre silbando relajado mientras sus ojos prestaban con atención cada letra, cada palabra e incluso el mas pequeño detalle de las ilustraciones de aquellas hojas añosas que la maga le había otorgado a causa de su codicia y silencio.
—Entonces, eso significa la marca. ¡¿Que cosas?!— exclamó el albino sosteniendo el libro, sorprendiéndose por la información de aquel libro sobre las diosas como demonios —Esto será una sorpresa para todos. Conociendo al capitán, se pondrá loco— murmuraba para si mientras su compañero lo veía con cierta incomodidad.
—¿Desde cuando tu interés por leer los libros de mi Lady Merlín?— pregunto su compañero de turno, Escanor que se veía sorprendido y a la vez celoso de verlo tan interesado por las palabras contenidas.
—Curiosidad, ya sabes compañero — se alzó de hombros sin verle a lo que el contrario no se molesto en seguir preguntando ya que se encontraba buscando rimas para sus poemas. Ban pasó un par de hojas hasta toparse con un artilugio que llamo la atención —Hmm, ¿esto lo he visto en algún lado?— tarareo al ver una especie de pulsera plateada creada por los demonios para comprometer a sus parejas.
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The Princess Knight || Melizabeth
FanfictionElizabeth, la tercera princesa de Lionés, es la típica princesa que no quiere un príncipe azul, sino a un platónico caballero de brillante armadura. Meliodas, el caballero de la última princesa de Lionés, tiene una única restricción, no involucrarse...