Capítulo VI

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Como era de costumbre en las mañanas de la joven princesa de Liones, era acompañada siempre de Diane; esta vez se encontraban las tres princesas despidiendo a su padre ya que iría por un par de días al reino vecino, Camelot, ya que Baltra tenía asuntos que discutir con su rey y el sucesor a la corona de esas tierras.

—Que tengas un buen viaje padre— finalizó la peliplata el abrazo con su mayor.

—Vayan con cuidado— continuo la mayor de las princesas acompañada por su guardia.

—Gracias hijas mías, les encargo el reino mientras estoy fuera. Confio en ustedes.— dicho esto, el rey montó el caballo mientras era escoltado por más guardias del castillo.

—Eso tenlo por seguro— aseguró la albina.

El hombre sonrió a sus sucesoras con amor. Tomó las riendas y tiró del corcel para ir a las afueras del reino acompañado de los caballeros armados.

En cuanto el rey junto sus hombres se perdieron de la vista en la lejanía, la hermana de en medio no dudó en soltar un bufido.

—No cuenten conmigo— habló Verónica indiferente a las obligaciones reales —Vamos Griamor, tienes que terminar de enseñarme esas técnicas de ayer— ella se dio la vuelta chasqueando los dedos.

—Con permiso, altezas— hizo una reverencia el hombre a las otras dos doncellas para ir con la de cabello morado.

—Suerte— dijo la ojiazul con una risita.

—Princesa Elizabeth— esta volteo a ver al peli-rosado  —¿En donde está Meliodas?— preguntó.

—Le di toda la mañana para descansar— explicó un poco más seria —Ayer se puso un poco paranoico y se quedó observando me  toda la noche— finalizó con una mueca y un escalofrío recorrer su cuerpo al recordar lo incómodo que es.

—Me sorprende el aguante que tiene— dijo con asombro Margaret

—Lo que a mi me sorprende es que usted lo convenciera de descansar el resto de la mañana, ese chico es muy... tenaz y más terco que una mula— los presentes rieron ante ese último comentario.

—En sí... se lo ordene— dijo aun entre risas —Tuve que ser muy firme con él, aunque eso me hace sentir que soy muy cruel— agacho su mirada.

—Para nada Elizabeth, tu demuestrale quien manda aquí— la mayor alzó su mirada sonriendo dulcemente —Es bueno que lo hombres también sean dominados— un bufido por parte de Gil llamó su atención —Para bien obviamente— corrigió rápidamente.

—Lo tendré en cuenta— Elizabeth sonrió divertida —Diane y yo nos iremos a desayunar, ¿nos acompañan?— ofreció al par.

—No gracias, quedamos en revisar algunos papeles— apresuró a decir el ojiazul.

—¿De que?—

—Cosas del reino—  Margaret sonrió con complicidad al de cabellos rosados.

Elizabeth no se detuvo a cuestionarlos, aun con la curiosidad de saber qué era lo que ambos ocultaban o tramaban.

—Vamos Diane—

La de coletas hizo una reverencia a la princesa y a su guardia para ir con Elizabeth hacia el interior del palacio.

Ambas cruzaron el gran patio del jardín frontal en silencio cómodo, hasta que la dama decidió romperlo.

—En serio, ¿no se sentirá incómoda desayunando conmigo?. La mesa de la cocina no es muy grande que digamos—  se dirigió a la peliplata .

The Princess Knight || MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora