-Ha sido maravilloso.
Con un suspiro de felicidad, Kyungsoo se dejó caer sobre las almohadas. Jongin rió suavemente, apartando la bandeja de cruasanes y café para dejarla sobre la mesilla.
-¿Te refieres al desayuno o a lo de antes?
-Bueno, yo estaba pensando en el desayuno, pero ahora que lo mencionas... ha sido el aperitivo lo que me ha parecido absolutamente delicioso -cerrando los ojos. Kyungsoo pasó un pie desnudo por la pierna de Jongin, -Creo, señor Kim Jongin, que voy a tener que hacerle una prueba para saber si toma sustancias dopantes. Pero antes debo comprobar su rendimiento una vez más...
Jongin tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para limitarse a besarlo en un hombro antes de saltar de la cama.
-No, ahora no. Tengo cosas que hacer.
Verlo desnudo entre las sábanas era demasiado para él. Y si no salía de allí de inmediato, pasarían el resto del día en la cama.
La idea era tentadora, desde luego. De hecho, irresistible, pero tenía que hacer unas llamadas. Por Kyungsoo.
-Duerme un rato -le dijo, mientras se ponía unos pantalones. Con el pelo rojizo y los labios en forma de corazón enrojecidos por sus besos, tenía un aspecto a la vez dulce y abandonado. -Tienes que descansar para poder seguir luego.
Los labios de Kyungsoo se curvaron en una sonrisa de pura invitación y Jongin tuvo que hacer un esfuerzo para salir de allí. Mientras recorría el pasillo, iba rezando para que todo saliera bien. Luego, esa noche, podrían celebrar la salvación de Coronet como era debido.
En la cama.
+
El primer pensamiento de Kyungsoo cuando despertó fue que lo había soñado todo. Le había ocurrido tantas veces... la noche de pasión entre los brazos de Kim Jongin rota por la alarma del despertador. Abriría los ojos y se encontraría solo en la habitación, teniendo que enfrentarse a otra mañana gris...
La camisa de seda verde y los pantalones de montar estaban en el sofá, al pie de la cama, de modo que no era un sueño. Estirándose perezosamente, Kyungsoo respiró el aroma a Jongin que había quedado entre las sábanas, incrédulo.
No era un sueño, era real. Pero le parecía demasiado perfecto, demasiado increíble.
Cuando miró el reloj, se quedó asombrado al comprobar que era casi mediodía. Nervioso, saltó de la cama y se envolvió en una toalla para volver a su habitación.
Todo estaba como lo había dejado la noche anterior, cuando se cambió para ir a la fiesta, con el corazón pesándole en el pecho. Mientras se movía por la habitación, recogiendo ropa y cosas tiradas por el suelo, sentía una burbuja de felicidad dentro de él. Tantas cosas habían cambiado desde entonces... era como si unas pesadas cortinas se hubieran abierto y su vida estuviese frente a él, llena de promesas.
Distraídamente, tomó su móvil para comprobar si tenía alguna llamada. Baekhyun lo había llamado varias veces y su padre también. Kyungsoo dejó escapar un suspiro al imaginar su reacción si supiera cómo había pasado las últimas doce horas. Y se lo diría, con el tiempo. Por el momento sólo quería hablar con alguien que compartiese su alegría.
Pero cuando estaba a punto de llamar a Baekhyun, el teléfono cobró vida entre sus manos, sonando y vibrando simultáneamente. Riendo. Kyungsoo se lo llevó a la oreja. Era Jackson Wang, su contable.
-Dime. Jack.
-Tenemos un problema -dijo el hombre, sin preámbulo alguno.
-¿Qué clase de problema?
ESTÁS LEYENDO
A merced de un Millonario (KAISOO)
RomanceEl no está dispuesto a aceptar nada más que la rendición total. El millonario Kim Jongin tiene una nueva presa: el heredero Do Kyungsoo, un bello pero mimado hombre que le causo problemas en el pasado. Y él está dispuesto a igualar el marcador. Lo q...