Su vida se había tratado de estar al margen de ciertas cosas. Y entre esas cosas, algo tan —inservible según él— como el amor seria una total pérdida. Sin embargo, para su mala suerte. Una de esas cosas inservibles se había hecho importante.
Y eso era un niño moreno, con una cicatriz en su mejilla, de cabello castaño. Demasiado gritón, bromista y parlanchín. Tan malditamente diferente a él. Un niño enfocado en el camino ninja, muy serio.
Al principio le pareció extraño, así que asumió que su corazón latía porque estaba siendo consumido por alguna enfermedad, y el culpable de eso era Iruka. Pobre Iruka, solo había sentido la presencia de algo, mirarle sombríamente durante unos días.
Hasta que su mente, analítica le hizo entender que era lo que ocurría. Bastante avergonzado pero muy decidido estaba dispuesto a confesar lo que sentía. Sin embargo había un gran problema, no sabía cómo hacerlo, sin que pareciera una amenaza y se viera totalmente sincero.
Por eso mismo caminaba en dirección a la casa de Obito Uchiha, su compañero de equipo, alguien capaz de explicar lo que sentía —aunque se trabára con Rin al confesarlo—, un niño amigable que era simpático y lograba hablar con los demás. Sería perfecto, con su ayuda todo saldría bien.
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Confesando mí Amor.
Hayran Kurgu"Un niño que se ha enamorado. Con problemas para decir lo que siente y expresarse con la gente, recurre a la ayuda de sus más cercanos amigos". ✓ KakaIru.