Todo lo que somos (y dejamos de ser)

5. M

De nuevo Marion estaba en el parque, esta vez solo estaba con sus audífonos escuchando música. Sintió un golpeteo en su hombro, pausó la música y miró hacia su izquierda. Era Pascual.

—Oh, hola.

—No esperé verte por aquí de nuevo.

—Menos.

—¿Y eso que no estás leyendo?

—Los libros no son todo en la vida.

—No podría estar más en desacuerdo contigo.

Marion sonrió, Pascual se sentó a su lado.

—Ahora escucho música.

—¿De qué?

—Eres, Café Tacuba.

—Qué romántico. Yo prefiero Mago de Oz o Rata Blanca.

—No conozco.

—¿No? Son buenos, es como música medio medieval o algo así. Mi canción favorita es Desde mi cielo.

—¿Medieval?, ¿eso aún existe?

—Todo es posible en el mundo de la música.

—Cierto, sí.

—¿Me dejas escuchar?

Marion lo miró, insegura. Pascual parecía que aún cargaba con la tristeza del mundo, solo que ahora también se sumaba soledad. Así era su aura, algo raro. Le daba pena. Aceptó, le dio uno de los dos audífonos, ella se puso el otro. Se juntaron más y Marion presionó play.

Brillas de León Larregui.