17. M

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Desde que tenía memoria había sido una persona peculiar. Siempre buscando cualquier excusa para no interactuar con las personas, al menos no físicamente. Todo era más fácil cuando no tenía que preocuparse por cómo se veía y eso.

Su hermana, Sonia, fue la más aventada de las dos. Riendo y hablando de más, nunca mostrando tristeza. Eso había hecho de su muerte difícil, nadie se lo esperó. Y a pesar de ello, desde aquel día había aprendido que existían dolores peores que la muerte: la ausencia y el silencio, para poner un ejemplo.

Todo lo que somos (y dejamos de ser)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora