Transformación *Mi Condena, Parte Dos*

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Mi destino quedó sellado en ese mismo instante. Y el de la niña también. Ella sería una guerrera y yo viviría un infierno durante una semana a cambio. En todo caso, Novu me permitió presenciar la operación y que se usara al Yoma que encontré en su aldea como el donante de carne y sangre. Así me aseguraría de su seguridad y que ese monstruo no la alterara por deleite suyo.

Novu dispuso que tuviera un análisis preliminar antes de la transformación, al cual accedí con la condición de vigilarlo durante el proceso. La inyectó con un calmante muscular y la acostamos en una mesa. Novu se sacó los negros guantes y su parche, que ocultaba un ojo repugnante. Al contrario de su otro ojo, oscuro, éste era azul hielo, sin párpado y rodeado de una cicatriz que apenas cubría la carne que rodeaba su globo ocular.

—Este es un ojo más sensible a la luz—Dijo Novu mientras lo descubría—. Será más rápido analizar a la candidata con él tomando parte de ésto—Se excusó al ver mi rechazo a esa decisión—. Vamos... No me digas que te molesta mi ojo oculto...

—No es solo eso—Admití apartando la mirada de la suya, que se fijaba en mí—... Es que tu rostro...

—No mires entonces—Sentenció el hombre de negro mientras se despojaba de la capucha negra, descubriendo también su cabeza semi rapada que se adornaba con unas horribles cicatrices profundas, de distintas tonalidades, desde su ojo pálido hasta casi la coronilla, pasando por debajo de su oreja y la nuca—. Esto lo hago para ver mejor. Por cierto, despójate de tu armadura para que me ayudes con esto.

—Está bien—Obedecí sin hacerme rogar. Casi sin ganas, me quité todos los aditamentos metálicos de mi vestimenta de guerrera y los dejé en un rincón junto con mi espada. Luego, me encaminé hacia el hombre de negro y a mi protegida. Usé un tono complaciente—¿En qué deseas que te ayude?

—Necesito que sientes a la niña un momento en la mesa— Dijo mientras acomodaba en otra mesa los utensilios que iba a usar—... Primero te voy a explicar el procedimiento que voy a seguir... ¿Te parece correcto?— Sólo asentí con la cabeza como respuesta. Quería que todo fuera rápido—Bueno. Lo primero que voy hacer,  será revisar el pulso de la candidata con este instrumento— Me mostró un rústico estetoscopio el cual dejó sobre la mesa— , junto con su respiración. Luego, haremos pruebas con este instrumento que yo diseñé—me mostró un pequeño cilindro de metal y vidrio con un foco dentro—Es una lámpara de aceite de bolsillo, para evaluar su vista.

—Entendido—Senté a la niña con delicadeza extrema mientras Novu se preparaba con una bata blanca de las que usan los carniceros en el trabajo. Miré con desconfianza la calma con la que se amarraba el monstruoso mandil con algunas manchas de sangre en él. Novu terminó de prepararse y tomó el estetoscopio con cierto aire elegante y misterioso, tomando todo como un juego—... Esto no es un juego ¡Comienza de una vez!—Solté molesta sin poder evitarlo.

—Tranquila, Kyara—Susurró tratando de calmar el ambiente mientras ponía el instrumento en el pecho de la examinada—... No es para tan...

Al escuchar lo que le transmitía el utensilio su rostro palideció, al tiempo de que su ojo capaz de transmitir emociones se abrió tanto como el de color azul hielo, siendo complementada la expresión con el resto de su cara. Miedo en su máxima expresión. Alejó de súbito el objeto del pecho de la paciente y lo soltó de sus manos, algo temblorosas.

—Kyara, acuéstala y trae el cadáver—Me ordenó al tiempo que él buscaba frascos en unas vitrinas de más atrás y tomaba unos escalpelos de modo histérico—Debemos efectuar su transformación ¡Pero ya!

—¡A la orden!—Escupí las palabras mientras corrí por el donante de la parte yoma a nuestra futura guerrera. Lo tiré sobre una mesa cercana y la empujé hasta llegar a la derecha de la otra mesa que hacía de camilla—¿Ahora qué?—Consulté mientras trataba de mantener la calma y él abría varios frascos con pomadas.

—Toma—Me tendía un bisturí sin mirarme—Ábrele el pecho y avísame cuando ya esté listo. Yo la prepararé para la intervención—Dicho eso, le cortó el vestido desde el cuello hasta el ombligo y descubrió su piel para untarla con aquellas pomadas y adormesiese sus músculos.

Yo seguí su encargo aunque me diera mala espina ver lo que él hacía. No me sentía cómoda sin saber que era lo que despertó en ese retorcido personaje al analizar a la chica, pero él parecía preocupado y se supone que sabe lo que hace. Tomé el bisturí con fuerza y dibujé una profunda línea recta en la mitad del pecho, desde la garganta al diafragma. Luego, hice cortes horizontales a la altura de los hombros y sobre el diafragma. Hundí los dedos en el primer corte y abrí la piel, dejando al descubierto la carne y las costillas.

Miré el espectáculo, manchada de sangre púrpura. Con el mismo instrumento, corté la masa de músculos sobre las costillas hasta que las pude descubrir. Retiré con asco el revoltijo que quedó y con mis manos tomé las costillas de la parte alta, me senté sobre su abdomen y las tiré hacia mí. Cedieron con mucha facilidad y vi descubiertos los órganos que se ubicaban en esa zona: corazón y pulmones.

—Listo, tengo el corazón y los pulmones a la vista—Avisé al hombre, que ya tenía listo el corte transversal que toda guerrera tenía.

—Gracias, Kyara—Novu estaba visiblemente estresado por la operación—. Lo que sigue es algo peligroso... Baja del donante, ahora yo voy a extraer el corazón—Quedé en shock. No podía entenderlo—. Extraeré luego el corazón de la niña y lo cambiaré por el del yoma. Será una operación difícil y necesito todo tu apoyo, no que me grites... Si quieres, puedes acumular sangre en un cuenco para luego dársela a ella. Haré todo lo que esté en mis manos para lograrlo y que ella viva.

—Me... Siento agradecida por esto, serás bien recompensado, lo juro—Me bajé de la mesa y tomé un balde—... Haré lo de la sangre.

—Bien, así se hace—Novu tomó un escalpelo y comenzó a extraer el corazón, mientras yo hice un corte a la parte interna del codo y dejé la sangre fluir por el brazo colgante hasta el balde.

No quise levantar la cabeza para ver. No quise ver. Sólo me reduje a esperar a que Novu me pidiera el balde. Me sentía culpable por dentro y no quería ni pensar en que pasaría si ella muriera. Sólo quería... Que viviera y me liberara de mis tormentos. Si ella vivía, entonces ya no le daría esa carga a Noria: La de portar su espada en caso de que le mandase mi tarjeta negra.

No... No más de eso... Nunca más vería la cara de un humano temeroso al alejarse de mí... Nunca más sería repudiada por ellos. Sonreí para mis adentros cuando Novu me pidió el balde diciendo que todo fue un éxito

La claymore del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora